Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se creen Batman y Robin pero son el Jóker
El escudo social hace aguas y se queda en los huesos de una campaña de autobombo y propaganda que no resiste la comparación con su aplicación real. E irá a peor.
Recordarán a Pablo Iglesias presumiendo de “escudo social”. Y al PSOE vanagloriándose de salir “más fuertes” y de “no dejar a nadie atrás”. Oías hablar a unos y a otros y casi te daban pena otros países que no estaban sufriendo la pandemia como España, con sus entrañables récord mundiales de contagios y víctimas mortales.
Se estaban perdiendo, los muy infortunados, disfrutar de Pedro y de Pablo, que más que simples gobernantes, eran superhéroes de la Marvel. Los Batman y Robin del compromiso social, una mezcla de Teresa de Calcuta y Adenauer
Vamos, que te daban ganas de ir a pecho descubierto a un mitin de Adriana Lastra o de Peblo Echenique, o incluso a una conferencia de Monedero , gritando “Quiero contagiarme, que Pedro y Pablo me van a cuidar”.
Pues bien, este jueves se han convalidad varios de esos decretos sociales tan chupi. Y no van a incluir ya ni la moratoria en el pago de hipotecas ni la prohibición de cortar suministros de agua, luz o gas en hogares en problemas.
Súmenle a eso la incompetente gestión del Ingreso Mínimo, que ya existía en cada región con otro nombre y ahora, por meter la mano, está paralizado. O el palo a los Autónomos con las cotizaciones. Añádanle la negativa del Gobierno a bajar el IVA a las mascarillas, que está en el 21%, pese a las exigencias del Defensor del Pueblo.
Y terminen incorporando las previsiones del FMI: un hundimiento del PIB del 12.8%, una deuda del 123%, un déficit del 14.1% y un paro que puede superar el 20%. Y un dato más que ya sabía Sánchez cuando se aplaudía a sí mismo en julio y daba por derrotado al virus, incentivando el botellón como nadie: solo el déficit de 2020 es superior a las ayudas europeas para seis años.
Cara de Jóker
Ni siquiera la prolongación de los ERTES está garantizada a partir de enero. Y de las ayudas a PYMES y comercio ni hablamos: ya han caído 100.000, pero la respuesta es implantar los “Comisarios de Género” de Irene Montero. Que ha pisado lo mismo las empresas que su marido el peluquero.
La conclusión es sencilla: el escudo social es de cartón, un atrezzo de mentirijillas de dos frívolos que se creen Supermán pero, en realidad, se les está poniendo cara de Jóker.