¿Para qué anuncia la vacuna el Gobierno y ahora presagia 6 meses de sufrimiento?
Sánchez lleva cometiendo errores, negligencias y falsedades desde marzo y vuelve a incurrir en la misma indecencia con el país superado ya por los estragos de la pandemia.
El ministro de Sanidad se comprometió a finales de verano a disponer casi con total seguridad la esperada vacuna contra el coronavirus. Incluso llegó a cifrar en 300 millones el número de unidades a disposición de Europa en una primera tanda, de las cuales un 10% llegarían a España, empezando por tres millones a muy corto plazo.
Desde entonces, Salvador Illa no ha cesado de contar o sugerir que el número de antídotos reservados para España alcanzaría los 62 millones de unidades incluso, el porcentaje correspondiente a sendos convenios de la Unión Europea con los dos consorcios que fabrican la vacuna, Sanoti y Astrazeneca.
Sin embargo, el titular del Ministerio se ha desmentido a sí mismo en las últimas horas, anunciando en una emisora catalana que nos esperan “entre cinco y seis meses muy complicados”: es decir, hasta al menos el próximo verano.
Seguramente es muy complejo prever el momento exacto en que estará disponible el medicamento milagroso que la humanidad entera espera con desesperación. Pero precisamente por eso no se puede jugar con los plazos para ganar tiempo desde la política a costa de elevar la desesperanza de la ciudadanía.
El Gobierno ya no tiene derecho a equivocarse con nada, y mucho menos a seguir mintiendo como viene haciendo desde marzo
Si hay un Gobierno en Europa que tiene que ser cauteloso con la información oficial, ése es el de España, marcado por una trayectoria que, desde marzo, está marcada por la demora, el fracaso, la negligencia, el error y la mentira. Todo ello explica que, desde entonces, seamos el país con mas contagios y muertes reales en proporción a su población.
No se le puede pedir a Sánchez infalibilidad y remedios inmediatos; pero sí honestidad, rigor y sinceridad. Porque ya ha agotado el margen de fallos sobradamente desde que desatendiera al principio las alertas internacionales y anunciara, en julio, la derrota de un virus que sin embargo vuelve a provocar estragos.
Un otoño infernal
El miércoles se reúne el Consejo Interterritorial y probablemente se acabe el absurdo cerco a Madrid, por razones políticas, y se aborde con perspectiva nacional un problema que afecta de nuevo a la práctica totalidad de las Autonomía, como ESdiario ha venido desvelando en las últimas semanas y ahora ya no se puede esconder en Navarra, Asturias, Aragón o Cataluña entre tantas otras.
Con ese panorama, el Gobierno tiene al menos la obligación de decir la verdad, no vender humo y comportarse con decencia ante la ciudadanía. La que le ha faltado en marzo, no tuvo en verano y no parece dispuesto a tener en un otoño que se antoja ya muy complicado.