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No es su intención, pero VOX auxilia a Sánchez con su moción de censura

Si VOX quiere sustituir al Gobierno, que estudie alianzas electorales del centroderecha: la moción no relevará a Sánchez y cohesionará más a sus socios.

Santiago Abascal, presidente de VOX

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Si las mociones de censura tiene por objetivo relevar a un Gobierno en ejercicio para sustituirlo por otro con más apoyos y un programa de acción claro, la de VOX es un fracaso ya de antemano: ni sus impulsores cuentan con ganarla, lo que atestigua que su objetivo es bien distinto al que define la ley y, por ejemplo, utilizó parcialmente Sánchez para derrocar a Rajoy.

En el caso del socialista, que venía de perder dos Elecciones Generales en seis meses tras mantener bloqueado al país durante un año, fue capaz de juntar una mayoría aritmética, cohesionado solo para desalojar al PP; pero no presentó programa alguno de Gobierno, contraviniendo la letra y el espíritu de estos mecanismos institucionales tan traumáticos. Y esa tara de origen seguimos pagándola.

Abascal, por su parte, es perfectamente consciente de que no logrará más allá de los 52 votos de sus propios diputados y de que, en consecuencia, fracasará en su intento. Pero lo justifica diciendo que, sea cual sea el resultado, el Gobierno se merece una reprobación pública.

Y eso es cierto. Nadie ha logrado hundir y dividir tanto España en tan poco tiempo como un Gobierno compuesto a retales, intervenido a la vez por el populismo y el separatismo, que bate marcas históricas de empobrecimiento, drama sanitario y división social.

La cuestión es si el método elegido es el mejor o, por contra, genera lo contrario de lo que pretende conseguir. Y esto es lo más probable: Sánchez no solo seguirá de presidente, sino que su Gobierno saldrá más cohesionado por la "amenaza" exterior de la "ultraderecha".

No es su intención, pero la moción de VOX solo va a servir para cohesionar más al Gobierno y facilitar a Sánchez huir de sus negligencias

Un argumento manido, injusto y falso, que estigmatiza a un partido perfectamente democrático como VOX desde los mismos ámbitos políticos y mediáticos que blanquean a Bildu; pero muy eficaz como respuesta para todo.

Aún más, ese desafío a Moncloa le permite al Ejecutivo centrarse en la respuesta política al "enemigo" y desviar la atención sobre los múltiples y gravísimos problemas que tienen a España en el precipicio. Unos amplificados por Sánchez e Iglesias y otros incluso creados por ellos.

VOX, en fin, va a concederse una gran promoción a cambio de dársela también al Gobierno, a costa de intentar minar a la única alternativa viable en las urnas a la alianza de PSOE y Podemos. Y quizá se trate de eso: debilitar al PP para disputarle su electorado.

Porque si de verdad se quiere relevar algún día a un Ejecutivo nefasto, VOX lo tiene más sencillo: llegar a coaliciones electorales que impidan que el presidente con menos votos de la historia parezca capaz de perdurar dos legislaturas gracias, en buena parte, a la fragmentación del centroderecha.