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El gobierno contra la libertad de expresión y prensa

Sánchez e Iglesias se sacan de la manga el BOE para imponer la censura y aspirar a implantar un modelo ideológico contrario a la libertad de una democracia sólida.

El gobierno contra la libertad de expresión y prensa

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Tratando a los españoles como si fuesen menores de edad, incapaces de comprender las noticias que leen, oyen o ven, el gobierno social-comunista se ha lanzado por la senda de la censura, al publicar en el Boletín Oficial del Estado un plan que le permitirá decidir qué noticias son fake news (la propaganda de toda la vida) y cuáles no.

Según Carmen Calvo, la firmante del plan, se trata de controlar la “desinformación” y “examinar el pluralismo de los medios”, lo cual no deja de tener cierta gracia viniendo del gobierno de la trola y la propaganda.

Hace tiempo que la izquierda, inmersa en un giro autoritario y en la colonización del Estado, trata de acallar a los medios críticos e incluso a los tuiteros rebeldes. Que todos sean como RTVE, esa televisión pública sufragada por todos los españoles en la cual el mes de octubre va por delante del de septiembre si con eso se consigue atacar a la Comunidad de Madrid. Algo, que, por cierto, no verán a la izquierda calificar de fake news.

A través de la mentira, ese arma revolucionaria que compartieron Lenin y Goebbels, se llega a la posverdad, que no es más que la orwelliana construcción de una realidad inexistente, basada en falacias continuadas.

Por mor de la democracia sentimental e infantilizada por la socialdemocracia, la verdad ha dejado de importar para los ciudadanos ya que, introducidos el resentimiento y la neurosis a través del antiliberalismo, lo único que tiene relevancia hoy en día es vencer al adversario en la batalla dialéctica.


Las sociedades europeas y algo menos la estadounidense ya no leen para informarse y así desarrollar su espíritu crítico y apertura mental, sino que buscan ávidamente argumentos que les ayuden a sostener sus teorías, creencias y prejuicios. Es un campo magnífico para, por la puerta de atrás, volver a los tiempos de la censura.

El totalitario busca implementar un proceso sutil de cambio de los marcos mentales de la experiencia social

La izquierda es muy consciente de esta realidad que ella misma ha propiciado y de ahí que utilice el lenguaje, que impone a través de los medios de comunicación, para cambiar los marcos conceptuales de las personas.

Kant o Gramsci ya señalaron en su momento que las palabras crean realidades. Lo hacen gracias a su hegemonía cultural, impuesta durante décadas en universidades y medios de comunicación, contando, por supuesto, con la complicidad de las élites.

Totalitarismo

Se trata, indicó Ernesto Laclau, de crear una nueva realidad mediante el denominado ‘significante vacío’ que conecte entre sí elementos con significado propio. La nueva denominación debe de ser introducida en el lenguaje coloquial así como en la agenda política, para obligar a todos a tomar partido. El centro-derecha democrático, por su parte, no llega a comprender que si juegas en el terreno del adversario y además lo haces con sus normas estás abocado al fracaso.

El totalitario busca implementar un proceso sutil de cambio de los marcos mentales de la experiencia social, que acabe conformando un imaginario colectivo coincidente con sus tesis e ideología. Y acallar al que pueda señalar que el emperador va desnudo. De eso va el plan de Calvo, Redondo, Sánchez e Iglesias. Vuelve la censura.