¿Qué tiene Zapatero con Maduro y por qué se lo consiente el Gobierno de España?
Un expresidente nunca actúa a título personal, y menos cuando gobiernan partidos cercanos al chavismo. Su siniestra complicidad con la dictadura exige explicaciones urgentes.
Mientras Europa, los Estados Unidos, la práctica totalidad de la comunidad internacional y la inmensa mayoría de la oposición denunciaban el fraude de las "Elecciones" en Venezuela; un expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se dedicaba a blanquearlas desde Caracas y a pedir un cambio de postura general para rehabilitar al sátrapa Maduro.
La timorata reacción del Gobierno vigente, que dijo respetar "profundamente" las reflexiones del predecesor socialista de Pedro Sánchez, elevó aún más de categoría el papel de Zapatero, convertido de algún modo en el embajador oficioso de la postura real de La Moncloa, más cerca de Caracas que de Bruselas a efectos prácticos.
Que un dirigente occidental se preste a legitimar una farsa en la que no participaron siquiera siete de cada diez venezolanos y que obedece, en exclusiva, al intento de Maduro de dominar todos los resortes del poder creando una especie de doble Parlamento para esquivar el control del original, en manos de sus adversarios; es indecente.
Y que lo haga al margen de la evidente crisis de hambruna, sanitaria y democrática que todos los organismos han señalado, alcanza la categoría de escándalo. Pero que además todo ello coincida con la participación en el Gobierno de España de un partido abiertamente chavista, cuyos dirigentes asesoraron -y se enriquecieron- con Hugo Chávez; cruza todas las líneas rojas y se adentra en el terreno casi de la investigación judicial.
Los lazos de Zapatero o Iglesias con el chavismo son indecentes para España y dignos de investigación judicial
Precisamente sigue abierta una, en la Fiscalía Anticorrupción, para descifrar los siniestros negocios que al parecer mantuvo el embajador de Zapatero en Caracas, Raúl Morodo, con el régimen chavista, con el extraño desvío de hasta 35 millones de euros de por medio.
Y las relaciones de Podemos con Venezuela, a través de la oscura consultora Neurona, también son objeto de investigación judicial. Sin todo ello, la presencia allí de Zapatero para auxiliar a un cacique represor, es inadmisible. Pero con todo ello, además es digno de observancia judicial.
¿Es solo un bochornoso episodio político o, además, hay intereses económicos, partidistas y de otro tipo en la incalificable postura de Zapatero? Dado que esta indignidad marca y retrata a la propia España, dejar sin respuesta esas preguntas ya no puede seguir siendo una opción.