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El gran patinazo de Pablo Iglesias contra los youtubers "huidos" de España

Pablo Iglesias se creía representante de la juventud y el choque con los desenfadados influencers que se han mudado de España a Andorra le ha puesto en su sitio.

El Rubius

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El vicepresidente del Gobierno continúa en una huida hacia delante caracterizada por su política de tierra quemada. En su camino, arrasa (o lo intenta) incluso con quienes le prestaron ayuda en otros tiempos. Y, sobre todo, vive en un aislamiento, mimado por ‘palmeros’, que no calibran dónde se mete.

La agresividad de Pablo Iglesias no es nueva. Pero hubo un tiempo en que, al menos por interés, solía esconderla. O bien empleaba a terceros para enviar mensajes. Ahora, sin embargo, Iglesias va a calzón quitado en su particular ‘camino de perdición’.

El análisis que apuntan antiguos miembros de Podemos es claro: “Pablo está cada vez más endiosado y, al mismo tiempo, más aislado. A su alrededor se ha tejido un núcleo de ‘amiguetes’ que desbancaron a los ‘errejoners’ para colocarse ellos.

Gentes sin escrúpulos, bien conocidos en los entornos de IU y el PCE por hacer lo posible para medrar, que imagínate lo que pueden hacer ahora, con Ministerios y una Vicepresidencia. Un círculo que, por supuesto, no va a colocar al gran jefe frente a la realidad, ni a criticar sus ideas. Todo lo contrario: están ahí para apuntalarle, para darle la razón y aplaudirle. Son palmeros y viven en una realidad paralela”.

La definición es dura pero clara. Ni siquiera hace falta mencionar nombres porque todos los tienen presentes. Cuentan, incluso, con algún antiguo ‘crítico’ que dejó más tirada que una colilla a Teresa Rodríguez y que ahora es el más pablista de los pablistas dentro de lo que, como han bautizado en el entorno de Iñigo Errejón, es la “banda Iglesias-Montero”, con evidente retranca hacia la Baader-Meinhof.

Dentro del búnker de la Cancillería que es la Vicepresidencia Segunda se cocinan estrategias que tienen poco que ver con el Gobierno y mucho con los movimientos de Unidas Podemos. En las dependencias de los antiguos Sindicatos del franquismo (qué tiempos aquellos en los que el abuelo ‘rojo’ ejercía de escriba para los chicos del azulísimo José Antonio Girón), los hay que creen seguir viviendo en la adolescencia por colocar un póster del Ejército Popular e ir en zapatillas mientras el guardia civil de la puerta se cuadra. Porque se está en el Gobierno, pero no en el Poder, que dijo Iglesias. Aunque algunos gestos de ese Poder sí le gusten.

Patinazo youtuber

A pesar de todo, y aunque haya quienes no se atrevan a mencionarlo en voz alta, todavía quedan quienes ven las cosas con cierta claridad. Por ejemplo, la estrategia de confrontación contra los ‘youtubers’ que han emigrado a Andorra. La campaña contra ellos, especialmente ‘El Rubius’, no está nada clara.

Porque a nadie se le escapa que esa campaña está viciada desde el principio por una cuestión: Podemos sigue arrogándose una presunta juventud que no es tal. En realidad, el núcleo duro son cuarentones con escasa sintonía con los veinteañeros y adolescentes actuales, a nivel sociológico e ideológico.

Iglesias quiere competir y doblegar a ‘influencers’ de Youtube a los que los chavales hacen más caso que a él. Ahí está el problema. En que ‘El Rubius’ tiene mayor influencia que él con un simple canal en Youtube.

Luego está lo de los medios y el contrapoder, bien pagado con dinero público (lo de Jesús Cintora y amigos), bien pasando el cepillo a los inscritos en el partido (‘La Última Hora’). Pero eso lo dejamos para otro momento. Porque tal vez algún día haya que contar cómo dirigentes pablistas pedían favores a algunos de esos medios que ahora critican en sus campañas.

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