El legado de Pablo Iglesias
Nos jugamos mucho en las elecciones en Madrid. Lo que está en riesgo ya no solo es el Gobierno, sino el modelo de Comunidad en general: uno próspero frente a uno subvencionado.
Pablo Iglesias ya no es diputado nacional y este martes dejará también su cargo de vicepresidente segundo. En Podemos se lo juegan todo a una única carta madrileña y se nota. Y no se nota solamente por el hecho de echar toda la carne en el asador con la candidatura de Iglesias para no desaparecer en Madrid: la desesperación política de la formación morada se respira también en sus últimos fichajes y sobre todo en la estrategia general de su campaña electoral.
"Hay que echarlos", reza el cartel en el que aparecen Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio. ¡Menos mal que son feministas y están bien familiarizados y familiarizadas con el lenguaje inclusivo! Aunque este comportamiento del progresismo patrio ya no sorprende a nadie: los más feministas de cara a la galería y los más machistas dentro del chalet propio.
¿Quién hay más a favor de la igualdad en España que Pablo Iglesias? ¡Si hasta ha incorporado a sus listas al portavoz del Sindicato de Manteros! ¿Algo más progresista que eso? Podría ser eso de trabajar...por España, por Madrid o aunque sea en general, pero es mucho menos divertido y apenas suma votos.
¿Es Iglesias la alternativa a Ayuso o a cualquier buen gobierno directamente?
Así que esta semana nos toca darnos cuenta de que tras casi un año y medio en el cargo el legado de Pablo Iglesias a día de hoy consiste en interminables broncas provocadas dentro del Gobierno al que pertenecía, una ley, dos decretos y unos cuantos actos a los más notorios de los cuales (como el de Bolivia) asistió a pesar de que no le correspondiese y que en todo caso no superaron una decena al mes. ¿Es esta la alternativa a Ayuso? ¿O es la alternativa a cualquier buen gobierno directamente?
Nos jugamos mucho en Madrid. Y es que lo que está en riesgo ya no solo es el Gobierno, sino el modelo de Comunidad en general: en este caso uno próspero que apuesta por ayudar al sector privado a hacer posible que la Comunidad de Madrid siga creciendo al 4,5% mientras el resto de España lo hace al 0,5% que podría ser sustituido por uno subvencionado que el único comercio que apoya de forma clara y rotunda es el ilegal.
Hechos frente a promesas. Gestión frente a destrucción. Realidad frente a falsas ilusiones. Y para comprobarlo no hay más que comparar los logros de Pablo Iglesias como parte del Gobierno de España y los de Isabel Díaz Ayuso como parte del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid. Y es que las hay que valen hasta para construir hospitales en plena pandemia y los hay que solo sirven para revisar si hay suficiente papel higiénico en los baños de los hospitales construidos por las primeras.