Contra la tela de araña, todos a Colón

Sánchez lleva semanas tejiendo un relato imaginario sobre el efecto que tendrán los indultos al separatismo catalán. Su estrategia trata de convencer a la sociedad española del efecto balsámico inmediato y quasi-mágico que conllevará su concesión. Con ese posicionamiento hace dos cosas. Una: distraer sobre el verdadero motivo por el que concede los indultos. Y dos: cerrar los ojos a la tozuda realidad con la que día a día el separatismo encarcelado, el fugado, y el que está en el Govern le desmienten. En esa tela de araña que está tejiendo la factoría de ficción de Sánchez, Su Sanchidad pide al pueblo español que comparta sus excelsas cualidades y sea magnánimo y generoso con quienes hace algo más de tres años dieron un golpe de Estado para conseguir una Cataluña independiente, en la seguridad de que ese perdón será el comienzo de una nueva era en las relaciones entre Cataluña y el resto de España.

Ese es el terreno de juego que le conviene a Sánchez y ese es el marco mental que nos quiere imponer. Esa es justamente la tela de araña en la que hay que evitar caer. Y ello, no por la maldad antológica que acompaña al pensar de la pérfida derecha (léase con ironía) sino porque los hechos son tercos y nos abren el camino a la realidad más chusca: los indultos son uno de los Trágalas que este Gobierno ha aceptado para permanecer en Moncloa. En estos trágalas se encuentra la verdadera cara del sanchismo, la de estar dispuesto a traspasar todos los límites que nunca ningún constituyente ni legislador tuvo en su mente, porque nunca nadie imaginó que un Presidente decente estaría dispuesto a comerciar con indultos a golpistas, a asaltar descaradamente el poder judicial, a la toma de la Fiscalía, a los acercamientos masivos de presos de ETA, a la concesión de la política penitenciaria al País Vasco (competencia que por motivos evidentes llevaba decenas de años retenida para evitar que en dos días nos encontremos a los asesinos de ETA en la calle). Por todo eso, amigo que me lees, hoy hay que salir a la calle. Este debe ser nuestro BASTA YA.

Sus pasos son una mesa de negociación con el Gobierno, el indulto, acordar la celebración de un referéndum pactado y después proclamar la independencia.

Porque los hechos tiran por tierra el pretexto con el que Sánchez pretende colocarnos los indultos. Y así, por un lado, el independentismo encarcelado no deja de repetir en todos los foros no solo que no están arrepentidos de haber llevado a Cataluña a un callejón sin salida. No se cansan de decir en todos los foros que lo “volverán a hacer”. El independentismo en el Gobierno catalán de Pere Aragonés ha proclamado el día de su investidura que “culminará la independencia”, así de forma textual.Y qué decir del independentismo fugado, que incluso ha salido en apoyo de Marruecos en esa invasión sin precedentes de hace unas semanas, demostrando, una vez más, que su único objetivo es contribuir con todas sus armas a debilitar España.

A mayores, hace unos días, se ha destapado la Operación Voloh, instruida por un Juzgado de Barcelona con la documentación intervenida a un dirigente secesionista actual, que es la nueva hoja de ruta que ya está siguiendo el separatismo en este nuevo “procés”.

Todos a Colón

Sus pasos son una mesa de negociación con el Gobierno, el indulto, acordar la celebración de un referéndum pactado y después proclamar la independencia. Seguro que algo les suena. Es decir, todo lo que está haciendo Sánchez es darles oxígeno para este segundo procés. Esta nueva hoja de ruta es solo la independencia en dos plazos. Por eso, todos los que perseguimos la integridad territorial, todos los que apoyamos a los catalanes que han seguido cumpliendo la ley, todos los que creemos que la España constitucional del 78 es el mejor marco de convivencia, todos los que creemos que lo que está haciendo no tiene un pase solo tenemos una cosa que hacer hoy : Ir a Colón. Y que se hagan fotos, muchas, porque eso demostrará al Sanchismo que presidir un Gobierno es más que ir en Falcon a Valladolid, es sobre todo decencia.