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La Administración paralela del PSOE andaluz: un abuso con las horas contadas

Las auditorías del Gobierno de Moreno y la fusión de organismos y agencias superfluos y duplicados es el comienzo del fin del régimen clientelar que tanto ha dañado a Andalucía.

Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía por el PP

Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía por el PP

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Los dos escandalosos casos desvelados por sobre el penoso funcionamiento y coste de la Administración paralela de la Junta de Andalucía, montada por el PSOE durante 36 años felizmente interrumpidos por las urnas; son un símbolo de una manera degradante de entender las instituciones como meros rehenes de un partido para desarrollar un proyecto sistémico de dudoso encaje en la letra y el espíritu de una democracia.Que una de las empresas públicas concediera dinero público a espuertas sin comprobar siquiera si acababa en una red de blanqueo de capitales o que otra, centrada en la explotación de los "Paradores" andaluces, soportara el coste de la mitad de susdesde hace lustros; es el símbolo inaceptable de ese PSOE andaluz clientelar, en el mejor de los casos, y corrupto, en no pocos episodios como el de los ERES.

La creación de una Administración paralela, auditada con acierto por el Gobierno de Juanma Moreno desde el primer momento, es en realidad el epicentro de la acción socialista durante décadas, más centrado en la captación de voluntades con distintos cebos que en el desarrollo del potencial de su tierra y de quienes en ella viven.

Andalucía necesita tiempo para asentar su cambio tranquilo y su evidente progreso. Y para sortear la vuelta al sistema clientelar del PSOE

¿Qué han sido, si no, las célebres peonadas en el campo? ¿Y los ERES? ¿Y la colocación de miles de personas en organismos innecesarios, a cambio de su lealtad política y su ayuda electoral? Que el poderío socialista fuera parejo al declive andaluz en casi todas las variables que miden el vigor de una Comunidad es la mejor prueba de indecencia política conocida en España, por encima incluso de la de CiU, el otro partido que, en Cataluña, confundía las instituciones con sus siglas.

Los efectos del cambio

Y que al frenar eso se disparen los índices de creación de empleo o inversión empresarial, como está pasando en Andalucía, también demuestra que una política razonable, austera y con prioridades tiene unos efectos positivos relativamente rápidos y en cualquier caso esperanzadores.Cauterizar esa herida le llevará tiempo al Gobierno andaluz. Y cambiar la mentalidad en una parte de Andalucía, la deudora de esos abusos del PSOE, necesitará aún más. Por eso no sería deseable que ninguno de los actores políticos de la Autonomía, y en concreto VOX, insistiera en la tentación de provocar un adelanto electoral: si de verdad les preocupa su tierra, permitir que se asiente un cambio tranquilo es algo que deberían compartir y cuidar más allá de sus legítimos intereses.

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