El PSOE de Aragón se hace viral por promover el consumo de gusanos

El PSOE de Aragón se ha hecho viral por estimular el vómito general como pocas veces ha logrado nadie. Y lo ha hecho sin querer, lo que dice muy poco de la sensibilidad de sus responsables, incapaces de anticipar la reacción que sin duda iba a tener su mensaje de marras. Mejor es leerlo, por si alguien tiene dudas:

Si el consejo en sí ya es difícil de tragar, la ilustración que lo acompaña lo hace definitivamente indigesto, pese a lo cual las autoridades aragonesas se sienten ungidas por la vanguardia alimentaria y no tienen empacho en sugerir la ingesta de tan repugnante producto, alejado por completo de las costumbres gastronómicas del español medio.

Pero también de lo que parece gustarle a esos mismos políticos que proponen gusanos para los demás pero ellos se cuidan de disfrutar de viandas con bastantes menos patas, como le han recordado los usuarios de las redes a los promotores de insectos, difundiendo algunos de los menús que Pedro Sánchez se reserva para sí mismo mientras los suyos recetan anélidos a la afición:

Y más cerca aún, otros usuarios han rescatado los menús que se sirven en las propias Cortes de Aragón, donde no se encuentran restos de saltamontes, polillas, ciempiés, escarabajos y demás bichos que parecen más la dieta de una sociedad apocalíptica que la solución de un Gobierno serio para alimentar a la sociedad del futuro.

Las náuseas provocadas no tienen parangón. Y lo único que puede competir con ello es otro mensaje del propio PSOE aragonés, de hace unos años, rescatado ahora y de plena actualidad tras presentarse el abono cultural de 400 euros prometido por Pedro Sánchez para los chavales que cumplan 18 años: un descarado reclamo electoral que no disimularon los socialistas aragoneses cuando hace ya tiempo fueron pioneros en el clientelismo juvenil:

El cómic maño en el que se reconoce que este tipo de medidas solo se pretende comprar votos parece hecho por un enemigo. El mismo que ha tenido la genial ideal de promocionar la dieta de gusanos en un país con 11 millones de excluidos sociales en el que, para muchos, conseguir un trozo de pan empieza a ser una odisea.