El abrazo de la vergüenza
La sumisión de Sánchez a dos condenados por atentar contra la democracia supera todos los límites de la indignidad, a costa esta vez de la dignidad de las víctimas del terror.
La imagen más despreciable que hemos podido ver en los últimos años ha sido el abrazo que se han dado Otegi y Junqueras en la manifestación en favor de los presos de ETA que se produjo el sábado pasado en San Sebastián.
Ambos personajes son delincuentes condenados por delitos contra la democracia, y en cualquier país europeo, estarían expulsados de la vida política. En cambio, en España el gobierno radical de Pedro Sánchez y la comunista Yolanda Díaz los tienen como socios preferentes a la hora de pactar unos presupuestos y otras medidas económicas y políticas.
Me niego a considerar que ambos sean considerados hombres de paz, como los han definido las terminales mediáticas gubernamentales, y que estén siendo blanqueados por la coalición gobernante por puros motivos de supervivencia política. Es simplemente indecente.
La dignidad de la democracia española, de las víctimas del terrorismo y la defensa de los derechos humanos, deben hacernos denunciar cualquier concesión a unos personajes que han utilizado el delito y la violencia como método de alcanzar los fines políticos.
Los terroristas etarras produjeron casi mil muertos, entre ellos muchos menores, miles de heridos y mucho sufrimiento, cuyo recuerdo debe de ser defendido por la democracia española. Aún hay cientos de delitos que no han sido esclarecidos y que deben de investigarse.
¿Todo este sufrimiento es avalado por Junqueras y su partido ERC?, ¿qué opinarán al respecto los familiares de las víctimas de Hipercor o de la Casa cuartel de Vic?, solo por poner ejemplos de matanzas producidas en Cataluña.
La vieja alianza separatista
Realmente los partidos de Junqueras y Otegi siempre han coincido en sus fines, incluso en el Senado han conformado el grupo parlamentario ERC-BILDU. Símbolo de esa unidad de acción fue el encuentro entre el líder independentista catalán Carod-Rovira y Otegi con la finalidad de ultimar un pacto con la banda terrorista ETA para que no atentara en Cataluña, considerando que podían hacerlo en el resto de España.
Ya en 2001, el pacto entre ERC y la entonces Batasuna, consistía en que el independentismo catalán diera cobertura al independentismo vasco, y así conseguir el debilitamiento de la democracia española. Por cierto, en esos años, los socialistas catalanes gobernaban Cataluña en coalición con ERC.
Veinte años después, las alianzas se repiten. Los socialistas tienen como aliados a ERC y a BILDU, y se está produciendo de nuevo el blanqueamiento de delincuentes con fines políticos de supervivencia del socialismo.
El abrazo ente los condenados Otegi y Junqueras no debe pasar desapercibido. Hay que denunciarlo y cada vez que Sánchez, Lastra, Robles o Calviño hablen de socialdemocracia
Junqueras ha sido condenado por delitos contra la democracia y Otegi por colaborar con banda terrorista. Ambos han conformado una coalición contra los intereses de España, puesto que consideran que cuanto más débil sea la democracia española, será mejor para sus intereses.
Han conseguido que el Gobierno sanchista y comunista saquen a los presos golpistas por vía de indultos en contra de lo informado por el Tribunal Supremo, y ahora quieren que salgan los presos terroristas, a cambio de que se aprueben los presupuestos generales del Estado.
Para ello, pieza fundamental es el ministro Marlaska que se ha convertido en el mayor colaborador para conseguir el objetivo blanqueador, entregándose a la misión con la fe del converso.
El ministro del interior ha llevado a los presos terroristas a las cárceles del País Vasco y así va a permitir que la presión radical y las manifestaciones den la excusa para sacarlos mediante permisos y beneficios penitenciarios.
Para allanar el camino se ha dedicado a marginar a todos los mandos policiales que se han caracterizado por hacer frente a la radicalidad, tanto en Cataluña, País Vasco y Navarra, como por ejemplo, a los coroneles Pérez de los Cobos y Sánchez Corbí.
El abrazo ente los delincuentes condenados Otegi y Junqueras no debe pasar desapercibido. Siempre hay que denunciarlo y exhibir la fotografía cada vez que Sánchez, Lastra, Margarita Robles, Nadia Calviño, etc, hablen de socialdemocracia. En Europa los socialistas democráticos no pactan con terroristas o condenados por dar golpes de Estado.