El pasado chavista de Yolanda Díaz resucita en un vídeo demoledor
Es la gran esperanza de la izquierda, su tono hace que parezca menos radical que sus antecesores, pero la realidad es tozuda y las imágenes así lo demuestran.
Yolanda Díaz está de moda. Es la gran esperanza de la izquierda. Una izquierda, a la izquierda del PSOE, por más que ella pretenda ampliar su espacio y 'comerle la tostada' a Pedro Sánchez. Se viste de moderada, con un discurso pausado, tranquilo y sin estridencias. Sin embargo, existe un vídeo que demuestra que no es así.
Ocurrió en la X Asamblea Federal de Izquierda Unida en 2013 y allí una joven Yolanda Díaz, despojada por entonces del glamour que le envuelve en la actualidad elogiaba la labor del dictador comunista Hugo Chávez.
"Reconocemos en él al más digno libertador", decía la ahora vicepresidenta del Gobierno desde la tribuna de oradores del partido. "Chávez ha retomado el sueño de la unidad de los pueblos de América", decía.
Así, recordaba algunos de los pactos alcanzados como "los acuerdos del ALBA", rubricados los entonces presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Cuba, Fidel Castro, como alternativa al ALCA, promovida desde los EE. UU.
A esta alianza se sumaron más tarde el gobierno de Bolivia, presidido por Evo Morales, el de Nicaragua y Honduras, aunque lo abandonaron tras la salida del Gobierno de los presidentes chavistas.
Sin embargo, para Díaz estos acuerdos son "proyectos de emancipación que son ya una realidad gracias al liderazgo del compañero Hugo Chávez". Para ella, todo un ejemplo a seguir.
Pero además, no solo esta vídeo demuestra lo que hay detrás de la verdadera Yolanda Díaz, sino que existen más imágenes que la desenmascaran. Como buena integrante del Partido Comunista no quiere ver ni en pintura una foto del Rey. De hecho, si por ella fuera, lo guillotinaría.
No es una frase figurada, es real y la pronunció ella misma, cuando no ostentaba un cargo en el Gobierno. Aquella Yolanda Díaz del pasado, explicaba abiertamente en un programa de la televisión gallega cuál era su horizonte de futuro: "Fin del bipartidismo, fin del régimen pactado en la Transición española, una nueva andadura, proceso constituyente y tercera república".
De hecho, explicaba que es "una pena que nuestro monarca y nuestra historia no tuvieran la suerte histórica y profunda, también, de haber cortado la cabeza, guillotinado, a un rey. Seguramente, los hechos, si fueran así, serían diferentes. Sin lugar a duda", zanjaba la actual vicepresidenta del Gobierno.
Y es que, parece que a pesar de que se presente a sí misma como una líder de una izquierda moderada, la realidad es otra. Sus formas pueden ser más suaves y sutiles de cara a la opinión pública. Puede ser que su imagen dulce distraiga la atención, pero su discurso no dista demasiado del de sus compañeros de Podemos y del propio Partido Comunista.