Echenique exige subir el palo fiscal de Sánchez y le paran los pies
El portavoz de Podemos en el Congreso ha apostado por subir aún más los impuestos para “los ricos” y muchos le recuerdan quién acaba pagando “la cuenta”
Este 2022 promete ser aterrador para trabajadores y empresarios. El Gobierno de coalición va a por todas y pretende fulminar a impuestos a la clase media española. No es una opinión, es lo que se entiende al leer el propio documento presentado por el Gobierno a Bruselas sobre la contención de gasto y los Presupuestos Generales del Estado.
De hecho, en este último, Sánchez ha firmado que sean las empresas las que asuman un 70% la subida de impuestos total del Estado. Esto se traducirá en unos ingresos “extra” de casi 3.300 millones de euros para el Ejecutivo. Algo que se suma al aumento del impuesto de sociedades, patrimonio y sucesiones.
También hay que tener en cuenta la eliminación de bonificaciones fiscales, que es una manera recurrente del Gobierno de subir los impuestos. En el caso del año 2021, el Gobierno anunció el fin de las tributaciones conjuntas para obtener bonificaciones. Y a estos dos tipos de impuestos, está el de la creación de nuevos sablazos impositivos.
Sánchez, con respecto a este último apartado, ha creado tasas como la del Impuesto sobre depósito de residuos en vertedero o el de envases de plástico no reutilizables. A mayores, le sigue el aumento del impuesto de matriculación o la ampliación de los peajes a todas las autovías del territorio.
Pero parece que para Pablo Echenique todas estas subidas no son suficientes. Ha cogido el discurso de Sánchez de “no dejar a nadie atrás” para publicitar una “charla podemita” y ha espetado que es necesario subir más los impuestos de los ricos. Los “ricos” como concepto de persona que no perciba una paga del Estado. O eso suponemos, ya que los podemitas no concretan qué es ser rico en este país.
“Si España tuviera unos ingresos públicos sobre el PIB en el promedio europeo, habría más de 80.000 millones más para sanidad, educación, dependencia, pensiones o infraestructuras”, ha escrito Echenique, quien defraudó a Hacienda pagando en negro a su empleada del hogar.
80.000 millones que podrían ir, por esa regla de tres, a embajadas independentistas en el exterior, a campañas de huelgas de juguetes, en charlas feministas o en publicidad institucional. Pero muchos tuiteros se han encargado de recordarle a Echenique quién sufre realmente el ahogo fiscal en este país: