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Ucrania y Mayo del 68

La hegemonía cultural de la izquierda ha ido adormeciendo a las sociedades europeas y sustituyendo el ejército por proclamas salidas de Woodstock pero con la guerra todo está cambiando.

Ucrania y Mayo del 68

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Tras la invasión por parte de Vladimir Putin de Ucrania, cuyas consecuencias apenas aún acertamos a vislumbrar, Europa parece estar despertando de un largo letargo. Un sueño confortable que fue posible gracias a la protección norteamericana durante la Guerra Fría, Mayo del 68 y la transmutación tras el derrumbe del Muro de Berlín del totalitarismo de siempre en nuevas fórmulas de cara más amable.

Hoy, se acabó el buenismo ante el totalitarismo. Ni siquiera el sanchismo, tan infiltrado por el comunista y ha podido ponerse de perfil. Sánchez ha tenido que ceder y enviar armas defensivas a Volodímir Zelenski, el valiente presidente de Ucrania, quien sabiéndose condenado a muerte por Putin renunció a huir para quedarse defendiendo su nación.

Mayo del 68, que en un principio se consideró un fracaso, triunfó ideológicamente en las sociedades abiertas. El soberbio discurso de un Nicolás Sarkozy que aspiraba a la presidencia francesa, arremetiendo contra sus consecuencias, fue un espejismo de corto recorrido. Hasta hoy.

De Mayo del 68 parte todo: la ideología de género que intercambió la lucha de clases por la lucha de sexos; la identificación de la libertad sexual -que está muy bien- con la Libertad; el tercermundismo que ahora se quiere entroncar con el resto de movimientos a través del llamado feminismo del 99%; el terrorismo moderno; la destrucción del sistema educativo y el pacifismo de las nada pacíficas Ione Belarra e Irene Montero.

Jean François Revel, en “El conocimiento inútil” señaló cómo en 1970 “la izquierda norteamericana había ganado, política y culturalmente… El planeta entero ha sido informado de las matanzas de aldeanos por los norteamericanos durante la guerra de Vietnam (aunque solo sea porque sus autores han sido, afortunadamente, condenados por tribunales militares norteamericanos). Pero ¿cuántas televisiones y periódicos han informado, con la misma insistencia que apenas Vietnam convertido en su totalidad en comunista, en 1975, 60 000 personas fueron fusiladas, en los tres meses que siguieron a la conquista del Sur por los ejércitos de Hanoi, más otros 20 000 un poco más tarde, y que 300 000 perecieron en el transcurso de los años siguientes a causa de los malos tratos sufridos en los campos de concentración?”

La hegemonía cultural de la izquierda

Y así hemos seguido durante décadas, con la hegemonía cultural de la izquierda adormeciendo a las sociedades europeas y sustituyendo el ejército por proclamas salidas de Woodstock. Con la complicidad, que diría Hayek, de “los socialistas de todos los partidos”.

Pero hoy, las terribles imágenes que se transmiten a través de redes sociales y medios de comunicación encogen el corazón de unas sociedades infantilizadas por mor de la socialdemocracia. El envío de armas a Ucrania no lo discute casi nadie. La Unión Europea se ha visto obligada a endurecer sus medidas por la opinión pública. Esa misma opinión pública que hace poco, ante situaciones similares en otros rincones del planeta, cantaba ‘Imagine’. Estamos despertando. ¿Será el fin de las ideas surgidas en Mayo del 68?