Podemos calla ante los precios de la luz pero sigue promocionando el 8M

España está sufriendo este mes de marzo un récord histórico en el precio de los carburantes y la energía. La gasolina llega a una media de 1,70 euros de media en España, alcanzando picos de hasta 2,02 euros en algunos puntos de España. También ha pasado con el gasóleo, que este jueves ha alcanzado su cuarto día consecutivo de subidas llegando al 1,60 euros el litro de media en España. Esto supone que el diésel está 7 céntimos de media más caro que la semana pasada.

La tarifa de la luz, por su parte, ha alcanzado esta semana su precio máximo histórico superando con creces la barrera de los 500 euros de media el megavatio hora, llegando a superar los 700 euros en los tramos de la tarde en el mercado mayorista.

Y ante todo ello, el presidente del Gobierno solo puede esconderse detrás de la sombra de Vladimir Putin, mientras lo señala como único responsable de estas subidas que están ahogando sin precedentes a los españoles. Moncloa, de hecho, calla ante las solicitudes de la oposición de que se bajen los impuestos de los carburantes.

Sánchez se niega a ello. La carga fiscal supone un 50% de la gasolina y el diesel, lo que refleja un jugoso ingreso para las arcas públicas. María Jesús Montero, la ministra de Hacienda, echa balones fuera y asegura que de momento no se van a retirar esos impuestos, o por lo menos no pueden confirmar que lo vayan a hacer. Pero de eso Putin también tiene la culpa.

Montero ha llegado a decir que Putin lleva desde finales del año pasando generando tensiones geopolíticas que repercuten en la tarifa de la luz de los españoles. Y se queda tan tranquila. Y mientras esto ocurre, el Ministerio de Igualdad ha anunciado que destinará 27.000 millones de euros a “políticas feministas”. No 27 millones. 27.000 millones.

Y Podemos encantado. De hecho lleva días callado en redes sociales sobre el tema de la energía y de los precios de la luz. Y ha llevado al extremo la indecencia agitando pancartas feministas tres días después del 8M. ¿El motivo? Camuflar las críticas de la oposición y de los ciudadanos. Ante los precios disparados, feminismo y subvenciones.

En su cuenta de Twitter aseguran que la mujeres “han llenado las calles el 8M”, luchando por “la vida”. Una vida que cada vez es más cara, más precaria, más dura y menos libre. Y eso es motivo de celebración. Porque, ante todo, hay que crear dependencia del Estado, el mismo que sangra y castiga. Y que no deja a nadie atrás. Entendiendo por “nadie” a “la clase media”.