Un experto destroza la coartada de Sánchez por “tapar” el IPC con la guerra
Un economista destroza la estrategia del Gobierno de justificar el auge del IPC por la crisis en Ucrania y advierte de que este aumento de precios aún no recoge los efectos de la invasión ru
Este mes de febrero ha sido absolutamente catastrófico para la economía española. Los precios, que ya venían aumentando en los últimos meses arrastrados en buena medida por el desmedido incremento del precio de la luz y los carburantes, han registrado en este mes su mayor subida en los últimos 36 años.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado esta semana en el Congreso de los Diputados que “la responsabilidad última” de que esto esté ocurriendo es de Vladimir Putin, por invadir Ucrania y desestabilizar los precios de los carburantes y del gas. Sin embargo, el IPC lleva disparado desde hace meses.
Ante esta realidad, que difícilmente se puede esconder, un experto ha salido en TVE a desmontar por completo esta coartada de Sánchez desvelando que el aumento del IPC anunciado este viernes que lo sitúa en el 7,6% (0,2 puntos porcentuales más de lo esperado) todavía no reflejan el impacto real del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Javier Santacruz ha destacado que “en las primeras semanas de este mes de marzo, el incremento de precios en algunos productos especialmente los combustibles, está siendo exponencial. Pero lo que está sucediendo con los precios de los alimentos y de otros bienes de básicos, en los cuales ya veníamos de un proceso de incremento de precios desde el verano pasado, y que ahora se está encareciendo de forma especial”.
Es decir, que la guerra en Ucrania aún no ha tenido el impacto final en los precios de los carburantes y el gas, que éste llegará en las próximas semanas y que, el auge de precios del resto de bienes y servicios viene ya arrastrado de meses atrás. Y esto se debe, entre otras cosas, a la pésima gestión económica del Gobierno de coalición.
En lugar de bajar los impuestos aplicados a los carburantes (aproximadamente el 50%), el Gobierno de Sánchez los mantiene. El motivo es sencillo: el enorme gasto público hay que pagarlo por esas vías, por las de los sablazos fiscales que afectan a la clase media. Un gasto público que no se va en sanidad o educación, como no paran de vender desde Moncloa.
Ese gasto se va a los 27.000 millones de euros que el Ministerio de Irene Montero dará conforme a criterios de género en nombre del feminismo. O para los sueldos de los numerosos Ministerios que se han multiplicado conforme han pasado los años. O para los sindicatos, que han recibido 17 millones de euros en plena crisis económica, el aumento más grande en la historia de la democracia, gracias a Yolanda Díaz. Por eso se entiende que, aunque la clase trabajadora esté ahogada, los sindicatos frenen las huelgas a cambio de "paguitas".