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Feijóo cierra heridas en el PP y pone al partido en la senda ganadora

En solo unos días el presidente gallego ha comenzado a zanjar las tensiones internas con un discurso dirigido al gran objetivo del PP: volver al Gobierno y acabar con Sánchez.

Feijóo, este lunes en Cataluña

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El próximo presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha iniciado una gira incesante que en apenas dos días le ha llevado por Murcia, Valencia, Cataluña o Canarias, con un objetivo evidente: cerrar las heridas en su partido e intentar ponerlo en “modo ganador”.

La hoja de ruta del gallego parece sustentarse ya, claramente, en dos metas: acabar con los ajustes de cuentas, sin represalias contra nadie y en la idea de integrar a todos los barones y sensibilidades; y centrarse en explicar una alternativa clara, solvente y sin excesos a Pedro Sánchez.

El PP, intenta demostrar Feijóo, es un partido de Gobierno que solo debe salir a ganar y no puede perder más tiempo en cuitas internas, resumidas en el pulso entre Casado y Ayuso y el fin de la etapa del primero, tan traumático en ese momento como justificable viendo el reposicionamento posterior de todo el partido, de manera unánime, junto a su nuevo líder.

El PP, intenta demostrar Feijóo, es un partido de Gobierno que solo debe salir a ganar y no puede perder más tiempo en cuitas internas

El pacto con VOX en Castilla y León, con los ataques de la izquierda, ha sido su primera prueba de fuego: asumirlo y a la vez considerarlo una decisión autónoma de Mañueco resume un cambio en el PP hacia el reparto de poder que no tiene precedentes en el partido y da a los barones regionales la ascendencia que merecen y su propio partido necesita.

Pero a la vez pone a prueba el liderazgo de Feijóo: los tres ciclos electorales inminentes (andaluzas, Autonómicas y Municipales y Generales) y el recelo mostrado por el presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk, a esa alianza con VOX, requerirán del nuevo líder un discurso claro.

¿Adelanto electoral?

Sobre Tusk, conviene resaltar que habló más en términos personales que en nombre de su grupo: él perdió con el “VOX polaco” las elecciones en su país y eso explica su actitud. El respaldo al acuerdo castellanoleonés del secretario general de los Populares Europeos, Manfred Weber, demuestra que la posición de Tusk no representa al conjunto del bloque.

Y deja abierto ese camino para otros acuerdos similares, imprescindibles para trazar una alternativa a Sánchez y sus socios que quizá deba prepararse en tiempo récord: aunque públicamente se niegue, el deterioro de la situación y del propio Gobierno, no sería nada extraño ya un adelanto electoral.

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