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Elecciones en Francia con consecuencias para toda Europa

Ocurra lo que ocurra, el fenómeno de partidos como el de Le Pen ha llegado para quedarse y no puede ser replicado con insultos, caricaturas y desprecios.

Macron y Le Pen

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Macron y Le Pen protagonizan este domingo el gran pulso político internacional, con unas elecciones técnicamente francesas pero de gran trascendencia mundial en las que, según los sondeos, saldrá victorioso el presidente vigente: conseguiría en torno al 55% de los votos al actual presidente y cerca del 46% a su rival, trece puntos más que los logrados en los anteriores comicios en 2017.

El resultado tiene relevancia más allá de Francia porque contrapone dos modelos distintos que también pugnan en toda Europa: Macron representa los valores tradicionales de la República francesa, de Bruselas y del orden internacional conocido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Le Pen, más allá de etiquetas, representa por el contrario una reforma de las relaciones de su país con Europa; de los ciudadanos con el Estado y de los inmigrantes con su país de acogida, caracterizado por la creación de “cupos”, el aislamiento del Islam y la hegemonía de los valores nacionales.

Este modelo, guste o no, no va a desaparecer y exige una respuesta de la política tradicional o terminará siendo superada: es el “América First” que Donald Trump encarnó y que se ha extendido en Francia, Hungría, Polonia e incluso España con VOX.

El fenómeno de Le Pen, Abascal o Trump no cesará: ha llegado para quedarse y no será eliminado con ataques, insultos y caricaturas

Aunque Macron probablemente gane, con el respaldo de todos los partidos que no superaron la primera vuelta, el fenómeno no cesará: ha llegado para quedarse y no será superado con ataques y caricaturas de partidos como el de Le Pen y etiquetas como la de “extrema derecha”.

La inmigración, la fractura social, los valores nacionales o la pobreza exigen respuestas concretas de los partidos de siempre: cuando han mirado para otro lado, han sufrido caídas tan estrepitosas como la del Partido Socialista francés, con solo un 1.7% de los votos.

Respeto a los votantes

Macron, solvente en sus reproches a Le Pen por sus afinidades con Putin, alerta sobre una “guerra civil” en Francia si se imponen sus ideas sobre inmigración ilegal o antiislamismo. Pero él y todos los dirigentes europeos se van a enfrentar al desafío de gestionar ese fenómeno sin traicionar sus valores pero sin hacer como si no existiera o fuera indigno sin más.

Ésa va a ser la clave de Europa en los próximos tiempos. Y no se solventa insultando a candidatos legítimos ni a sus respetables votantes, movilizados por problemas reales que nadie parece querer atender salvo una minoría que, por lógica, acaba recibiendo su respaldo en las urnas.