Transparencia
Pedro Sánchez podría emplear a alguno de sus asesores en cumplir con la obligación de todo buen gobernante de hacer transparente su gestión.
El presidente de los Estados Unidos Barack Obama, afirmó que “la Transparencia y el Estado de Derecho serán los pilares de esta presidencia”. Frase que debería ser un principio que acompañara a todo dirigente democrático, ya que la transparencia es la nueva objetividad del presente milenio frente a los regímenes totalitarios que se basan en la opacidad y en no rendir cuenta a los ciudadanos.
La falta de transparencia alimenta la idea de que se está ocultando algo o simplemente que quién la ejerce no es de fiar como afirmaba Chistopher Michael Cillizza, comentarista político norteamericano y colaborador del canal televisivo CNN.
Pues bien, ambas frases deberían constar en el famoso manual de resistencia del que tanto alardea nuestro presidente del gobierno Pedro Sánchez, pero evidentemente ni Obama ni Cillizza son modelos a seguir por el inquilino de la Moncloa, a pesar de que estos personajes son iconos progresistas.
En España estamos llegando al triste récord de denuncias aceptadas por el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno contra la política de opacidad del Gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante el primer semestre de 2022 han crecido un 35.6% en relación al mismo periodo de 2021.
Los ministerios de Interior de Marlaska, de Hacienda de la nueva flamante número dos del partido socialista Mª Jesús Montero y el de Sanidad de la ministra Darías han copado las estadísticas de los menos transparentes.
Es sorprendente comprobar que materias como los viajes de Pedro Sánchez, la vacunación de policías en Cataluña, la entrada en España del líder del Frente Polisario, datos sobre entradas de emigrantes en Ceuta, los gastos ocasionados por los altos cargos del Gobierno o simplemente el número de partos registrados en España desde 2010, han sido materias que el Gobierno se ha negado a informar.
Pero lo más curioso es que hace escasos días Transparencia ha instado a Yolanda Díaz a aclarar cuánto costó realmente y quién pagó su viaje a Roma para ver al Papa, después de haber declarado únicamente como gastado 224€, obviando el coste del Falcon, hotel para ella y sus acompañantes, además de dietas y vehículos de transporte. Lo más seguro que la líder comunista no quiere que "sumemos" ni "escuchemos" como gasta el dinero público, ella prefiere "sumar y escuchar" con sus compañeros de la izquierda radical que le acompañan en su viaje por España para conformar su plataforma política.
Mientras tanto Pedro Sánchez está batiendo todos los récords en contratación de asesores con un gasto de 26 millones de euros, el número ya llega a 803 de los cuales 383 se encargan directamente de los asuntos del presidente del gobierno, sin duda podría emplear alguno de ellos en cumplir con la obligación de todo buen gobernante de hacer transparente su gestión como ponía de manifiesto Barack Obama en su programa de gobierno.
Es necesario que expliquen porqué se han disparado las denuncias por fraude de los fondos europeos como se constata en la memoria anual del Servicio Nacional de Coordinación Antifraude
Es necesario que el Presidente del Gobierno explique de forma transparente porqué la Intervención General del Estado, que depende de la flamante vicesecretaria del PSOE, Mª Jesús Montero, ha registrado un incremento considerable del número de contratos del Estado en los que se han encontrado irregularidades, destacando dicha Intervención General que, por ejemplo, el Ministerio de Igualdad dirigido por la líder de Podemos Irene Montero carece de un Plan Estratégico de subvenciones, por lo que el reparto de dinero público en igualdad carece del control exigible para evitar que acabe sin cumplir la finalidad exigible legalmente.
También es necesario que expliquen porqué se han disparado las denuncias por fraude de los fondos europeos como se constata en la memoria anual del Servicio Nacional de Coordinación Antifraude .
Ser transparente es una obligación del buen gobernante, sobre todo cuando se exige a los demás. Por lo que Pedro Sánchez no puede erigirse en el “defensor de las clases medias y trabajadoras”, cuando se niega a responder a las preguntas de cómo y por qué se gasta el dinero que esas mismas clases medias y trabajadoras pagan a través de unos impuestos cada vez más asfixiantes. Para ser “Robin Hood” hay que ser transparente y Pedro Sánchez no lo es.