Sánchez huye a Bosnia para recorrer las calles que en España no puede pisar
El presidente ha aprovechado su visita a Bosnia y otros países de los Balcanes para salir a la calle a grabarse con los ciudadanos que no lo conocen mientras evita hacerlo en España
Este fin de semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acudido a los Balcanes en visita oficial para mostrar su apoyo a Serbia, exactamente igual que ha hecho Rusia, frente a Kosovo, en su intento por separarse de la región y adherirse a la Unión Europea. Un proceso de integración en el que Sánchez ha mostrado todo su apoyo y que ya ha generado los primeros conflictos en la zona con disparos en las fronteras de los países en territorio de los Balcanes.
Sin embargo, que Sánchez haya llegado a la zona y hayan empezado los tiros no es la única imagen que ha quedado para el recuerdo de esta visita oficial. Otra de ellas es el intento permanente del presidente de hacerse notar, de grabarse delante de autoridades o de otras personas que, por compromiso, le dan la mano. Algo parecido a lo ocurrido durante la cumbre de la OTAN en Madrid en el pasado mes de junio.
Y buen ejemplo de ello es que Sánchez ha querido regalarse un baño de masas impostado con personas de Serbia que habían llegado a la zona para recibir al mandatario español sin saber muy bien quién era. Algo que ha servido para que Moncloa publique un reportaje en vídeo vendiendo lo bien recibido que ha estado el presidente y lo mucho que le quieren. Eso sí, fuera de España.
Porque la realidad de todo es que Sánchez no puede hacer ese mismo recorrido en nuestro país, ya que en las ocasiones (contadas) en las que sí lo ha hecho solo ha recibido abucheos, reproches, críticas y gritos de los ciudadanos, que están cansados de su nefasto gobierno, de sus cesiones y de sus socios. Un Ejecutivo que solo crea problemas y, desde que llegó a Moncloa en 2018, ha empeorado la calidad de vida de los españoles.
Por ello, las redes se han inundado de comentarios críticos con Sánchez por haber compartido en redes imágenes en las que saluda y da la mano a ciudadanos que en muchas ocasiones ni si quiera saben quién es o que ni hablan inglés, pero que por cortesía dan la mano al socialista. Un vídeo que demuestra que Sánchez solo está preocupado de una cosa: él mismo y que el resto le rinda pleitesía.