Pere Navarro ha vuelto a ser esta semana objeto de polémica después de que dijera en una entrevista en TVE que el aumento de la mortalidad y siniestralidad durante este verano con respecto a años anteriores se debe, principalmente, a la ola de calor que está viviendo nuestro país, lo cual desconcertar y altera la seguridad de la conducción. . Una justificación que no ha matizado ni explicado y que sorprende, ya que otros veranos muy calurosos no fueron ni de cerca tan complicados en las carreteras como este. Por eso ha tenido que salir el sindicato JUCIL para denunciar las palabras del director de la Dirección General de Tráfico y explicar los verdaderos motivos. . “El análisis del Director General de la DGT del porqué hay 14 fallecidos más por accidentes en las carreteras españolas que en 2019 es sorprendente. Dice que la culpa la tiene el calor, no que haya una sola patrulla de Guardia Civil de tráfico por cada 280 kilómetros o quitar el margen de adelantamiento”, ha denunciado la asociación. . Y es que son muchos los sectores, tanto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como de la ciudadanía y expertos en la materia que creen que eliminar el margen de 20 kilómetros por hora en los adelantamientos de vías como autopistas o carreteras nacionales convencionales es un elemento que dificulta la circulación y pone en riesgo a los conductores. . Un nuevo empeño de la DGT en regularizar absolutamente todo y que no garantiza la seguridad de los conductores y pasajeros de todos los vehículos y que deja patente que la administración, con Marlaska a la cabeza, deja en un estado lamentable las vías de España y se centra en multar sin sentido. Y el último ejemplo es el de sancionar a los conductores que se muerdan las uñas, que discutan con otros pasajeros del vehículo o que beban en el coche. . Pero para lo importante, que es cuidar las carreteras y proteger a los ciudadanos, no podemos contar con el Ministerio del Interior, que deja a sus policías y guardias civiles desprotegidos, bajo mínimos y con sobrecarga de trabajo. Un auténtico despropósito.