Los secretos de Sánchez
Sánchez no aspira a proteger la seguridad del Estado, sino a esconder aún más sus secretos con el Falcon, el Puma y todas las obscenidades palaciegas que se mete entre pecho y espalda mientras pide, exige e impone restricciones al resto. La Ley de Secretos de Estado, que ha indignado a todo el periodismo, es el truco de un trilero sorprendido en plena trampa.