El vergonzoso vídeo en el que Sánchez da el paso para salvar al “ahogado” Griñán

Pedro Sánchez dijo en el año 2015, poco después de llegar a la secretaría general del PSOE, que al llegar a la Moncloa acabaría con los indultos políticos, una figura legal que le parecía sacada del pasado y que no le parecía “democrática”. Se refería, evidentemente a los indultos que había puesto en marcha el Gobierno popular de Mariano Rajoy, porque cuando él llegó al Ejecutivo, hizo todo lo contrario.

Buena prueba de ello es que los responsables de dar un intento de golpe de Estado en Cataluña el 1 de octubre están ahora mismo en la calle indultados por Sánchez a cambio de apoyos parlamentarios de los secesionistas en el Congreso. Pero la falta de palabra de Sánchez no sorprende a nadie a estas alturas de la película.

Lo que sí sorprende es que, coincidiendo con el mes de agosto, en el que buena parte de los españoles están desconectados de la actualidad disfrutando de las vacaciones (los que puedes, cada vez menos), el Gobierno ha empezado a trasladar en los medios de comunicación afines una línea argumental sorprendente: el indulto a Griñán, expresidente de la Junta de Andalucía condenado por el caso de los ERE, está ya en proceso de estudio para una posible concesión.

Es gravísimo. No solo se asume con naturalidad que un Gobierno del PSOE está estudiando fríamente levantar una condena a un compañero de partido condenado por formar parte de la mayor trama de corrupción de la historia de la democracia española, sino que lo implementa en su discurso y lo traslada a la opinión pública para que ésta se vaya acostumbrando.

El indulto no solo es una posibilidad que está estudiando el Ejecutivo, como la propia ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha confirmado este lunes en declaraciones a TVE, sino que es el primer paso para que otros condenados por corrupción del PSOE se libren de entrar en la cárcel, como por ejemplo el acusado de enchufar en la Diputación de Pontevedra a la cuñada de Carmela Silva, mano derecha del alcalde de Vigo, Abel Caballero.

En definitiva, una nueva demostración de las perversas intenciones socialistas que, lejos de dar ejemplo desechando la posibilidad de que Griñán sea indultado, marcando distancias reales con la corrupción, está acercándose peligrosamente a la idea de Gobierno socialista “hecho por mi y para los míos”. Cuidando de la familia, como hacía el mismísimo Vito Corleone.