Sánchez y las centrales nucleares
Japón, Bélgica, toda Europa y hasta Alemania se han visto obligadas a replantearse su visión de la energía nuclear, potencialmente la más peligrosa, pero en la práctica la más segura, económica y limpia frente al carbón o los combustibles fósiles. Solo alguien se resiste a pensarlo siquiera: Pedro Sánchez. Se ve que a él no le falta calefacción. Y gratis.