Ayuso enmienda a Sánchez y demuestra que funciona
La Comunidad de Madrid ofrece unos resultados económicos y fiscales que ponen en evidencia el desastre del Gobierno de Sánchez y consolidan a Feijóo como alternativa.
Isabel Díaz ha expuesto en el Debate del Estado de la Región la hoja de ruta económica que, desde Madrid o Andalucía, puede aplicarse en España si Alberto Núñez Feijóo logra relevar dentro de año y medio a Pedro Sánchez, tal y como indica la práctica totalidad de los sondeos electorales.
Su plan es sencillo de definir: menos impuestos, adelgazar la Administración y dejar que el ciudadano gestione la mayor parte de sus propios recursos, sin intromisiones públicas que a menudo se sirven del razonable objetivo de financiar los servicios esenciales para perpetuar una industria política innecesaria, impagable y onerosa.
La política de Ayuso, muy similar a la que viene aplicando el PP madrileño desde que relevara al PSOE en los años 90 y parecida a la que le ha dado a Juanma Moreno una histórica mayoría absoluta en Andalucía, puede medirse en resultados contables, como también ocurre con la de Sánchez.
Y la comparación es elocuente: Madrid recauda más que nadie con el menor esfuerzo fiscal de España; es la comunidad que más aporta al PIB nacional por delante de Cataluña; su renta media está entre las tres mejores del país junto a Navarra y el País Vasco, su desempleo está muy por debajo de la medida nacional y, además, aporta cerca del 75% de los recursos del fondo de cohesión interterritorial.
Es lógico que Ayuso se haya convertido en el político más odiado por sus rivales: lo que hace y lo que dice derriba sus mantras ideológicos
Se pueden lograr más recursos con menos esfuerzo individual, dinamizando la economía para que haya más cotizantes y empresas, y se puede ser más solidario con el resto sin perder prosperidad ni reclamar para sí mismo lo que se recauda, como hacen los nacionalismos periféricos con privilegios fiscales que Madrid no tiene.
Alternativa al sanchismo
Frente a eso, el modelo socialista se resume en un evidente empobrecimiento de las rentas, el peor desempleo de Europa, una deuda disparada, un esfuerzo fiscal ya insoportable, un derroche de dinero público inaceptable y un estado asistencial que dedica a subsidios una mínima parte de los inmensos "beneficios caídos del cielo" logrados por la inflación, que rondaron los 22.000 millones de euros en 2022.
Es lógico que Ayuso se haya convertido en el político tal vez más odiado por sus rivales: lo que hace y lo que dice derriba de un plumazo sus mantras ideológicos. Y los efectos de su política demuestran, con una contundencia irrebatible, la bondad de la alternativa al ecosistema ideológico del sanchismo, resumido en un galopante retroceso económico y una injerencia constante en la sociedad en todos los órdenes.