Ayuso y Moreno tienen razón
Lo que debe hacer Sánchez es fijarse en Madrid y Andalucía, no asfixiarlas para que se parezcan al páramo económico que su política genera en España.
El Gobierno ha emprendido una sonrojante ofensiva contra Andalucía por anunciar rebajas fiscales, en una línea similar a la que lleva aplicando la Comunidad de Madrid desde hace años con evidente éxito: recauda más que nadie con el menor esfuerzo fiscal, ampliando el número de cotizantes en lugar de confiscando sus recursos a unos pocos.
Que Juanma Moreno deflacte el IRPF o elimine el Impuesto de Patrimonio, como antes hizo casi por completo con el de Sucesiones, no solo es coherente con el compromiso electoral que le llevó a la mayoría absoluta, sino también con la situación económica y con la lógica: es inaceptable que, cuando más se empobrece la sociedad, más engorden los ingresos públicos, máximos receptores de los "beneficios caídos del cielo" provocados por la inflación.
Ante esas políticas, que Ayuso y Moreno aplican con buen juicio, la amenaza del Gobierno ha sido más parecida a un "155 fiscal" que otra cosa: lejos de entender que se pueden ampliar los recursos públicos sin asfixiar a nadie, procurando que haya más prosperidad y menos intervencionismo público, ha amenazado con recentralizar el fisco y, en todo caso, hará lo posible por eliminar las reducciones fiscales.
Lo primero es inviable, porque afectaría a las Comunidades dirigidas por sus socios parlamentarios, en las que sí existen privilegios fiscales o económicos: en el País Vasco o Navarra vía cupos y fueros que, en la práctica, les eximen de practicar la solidaridad que Madrid sí asumen; y en Cataluña a través de transferencias económicas constantes que logran ese mismo efecto.
Con Madrid y Andalucía
Pero lo segundo sí es posible, y resulta aterrador ver cómo La Moncloa dedica más esfuerzos a coartar la autonomía fiscal de Madrid o Andalucía, que beneficia a los ciudadanos, que a frenar por ejemplo la política lingüística de Cataluña, que aspira a erradicar el español de la escuela pública.
En ese contexto, conviene escapar del ruido y centrarse en los hechos, que son elocuentes: Madrid y Andalucía crecen más con sus políticas propias y España, con las de Sánchez, va en el furgón de cola de la recuperación europea. Ante esa certeza, no parece que sean Ayuso y Moreno, precisamente, quienes deben rectificar.