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Sánchez incumple su palabra con la OTAN a las primeras de cambio

Tras comprometerse a un incremento del presupuesto en Defensa, el PSOE ha votado en contra de subir al 2%. Todo un desplante a la Alianza Atlántica y a los aliados en unos momentos críticos.

Sánchez, junto a Ursula Von der Leyen

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Después de dar su palabra en la última cumbre de la OTAN celebrada en Madrid de que España aumentaría su esfuerzo presupuestario en Defensa, Pedro Sánchez no ha puesto reparos a que el PSOE vote en contra de una propuesta para subir el gasto. Se asegura desde Moncloa, no obstante, que se encontrará un camino para que la palabra del presidente del Gobierno en el último cónclave con los aliados se mantenga. Pero el feo y el quebranto ya está hecho.

Pasó desapercibida esta negativa cuando hace unos días se votó en el Congreso la propuesta del PP de incluir en los Presupuestos Generales del Estado el aumento al 2% del PIB en Defensa y una partida específica de envío de material militar a Ucrania. Los socialistas se alinearon con Unidas Podemos, desautorizando así Gobierno liderado por Sánchez respecto a lo acordado con la OTAN.

En concreto, antes del de verano, el presidente se comprometió con los aliados a doblar el presupuesto en Defensa en el transcurso de los próximos siete años. Y aunque la postura socialista en el Congreso, en sintonía con sus socios morados, no deja lugar a dudas, desde el Ejecutivo se asegura que se hallará la forma de cumplir la palabra del presidente. Seguramente, echando mano de una vía por encima del techo de gasto y fuera de los Presupuestos.

Los regateos de Sánchez representan un verdadero bochorno par la imagen y el peso internacional de España, que están en juego por sus cálculos cínicos, mediocres y partidistas

Pero no parece que un compromiso de esta envergadura, expresado en un foro internacional y en unas circunstancias tan complejas como las del presente, deba despacharse recurriendo a triquiñuelas y subterfugios. La Alianza Atlántica se juega mucho en este tiempo de altas tensiones provocadas por la invasión rusa de Ucrania y hace falta más que nunca la lealtad y la firmeza de los aliados.

Los regateos de Sánchez, en fin, representan un verdadero bochorno para España. Porque no se olvide que, en este tema, no está el juego el crédito del presidente en nuestro país, bastante devaluado por otra parte. Es la imagen y el peso de toda una nación lo que están en juego con estos cálculos cínicos, mediocres y partidistas.

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