La sanidad es la excusa, el objetivo es nuestra libertad
Una vez más la mentira ensuciará las calles, pero ya sabemos que la sanidad es la excusa, el objetivo es nuestra libertad.
Así es. Sin paños calientes. A la izquierda le salen sarpullidos cuando disfrutas de tu libertad, cuando tienes la información suficiente para valorar, comparar, estudiar los datos y al final concluir que los bulos social-comunistas son simplemente eso, bulos. Y que ya no cuela.
Que la libertad es una amenaza para la izquierda es un hecho incontestable. Que los datos amenazan el control y la manipulación de la izquierda, también. Que la historia del socialismo madrileño demuestra la politización maquiavélica de los servicios públicos, es una realidad. Y punto.
A ello vamos. Recuperemos la hemeroteca de los disparates, de las amenazas y de las advertencias del socialismo radical para entender la mente maquiavélica de Pedro Sánchez.
¿Qué tal si comenzamos por el maestro? Alfonso Guerra. Su histórica y falsa advertencia sobre que “viene la derecha y os van a quitar la pensiones” fue el inicio de una estrategia sin visos de ser superada. Craso error, porque lo fue.
En el año 2005 el socialista Rafael Simancas afirmó que íbamos a tener que pagar con tarjeta de crédito los servicios sanitarios. Manifestaciones, mareas, sindicatos…. Y, casi 20 años después, yo no he utilizado ninguna tarjeta, salvo la sanitaria. Tú, ¿sí?
Sobre Guerra y aquellos años 90, decir que hoy sus reflexiones contra la política autoritaria de Sánchez son virales y esa libertad de expresión suya ha sido castigada por Sánchez hace unas semanas. No fue invitado a la celebración del 40º aniversario de la victoria socialista de 1982. ¡Malditos ignorantes! Y pensar que era el PP quién iba a quitar el derecho a cobrar las pensiones. Pues no, ha sido la izquierda quien te ha negado la libertad a ti, Alfonso, de estar donde te correspondía históricamente. Pero eso tú ya lo sabes.
¿Y Simancas? ¿Dónde se halla el impulsor de “vamos a mentir sobre la sanidad pública madrileña”? En el Gobierno de Pedro Sánchez. ¿Sorprendidos? Yo, no.
Y de aquellos barros, estos lodos. Y de vuelta a la sanidad, como excusa, eso sí. Ni ustedes ni yo le preocupamos a la izquierda un bledo. Solo quieren acabar con nuestra libertad. Quieren que callemos. Como ayer sucedió con la presidenta Ayuso. Habló, opinó y salió toda la izquierda en tromba contra ella. Nada nuevo en el frente, la verdad. Y ella, se reafirmó. Da la impresión de que Pedro Sánchez prefiere meter en la cárcel a la oposición, mientras deja en libertad a los golpistas. Eso dijo.
Lo que molesta a esta izquierda es que una sea libre. Que una pueda decir lo que piensa en libertad. Y que además lo que dice una, esté apoyado en datos objetivos. Y si esa “una” se llama Isabel Díaz Ayuso y representa las siglas del Partido Popular, se armó el belén.
Parece que esta izquierda ultra radical nos prefiere en la cárcel porque así nos callarían, o eso creen. Hablemos, pues.
Oiga si fuera el terrorista Arnaldo Otegui, no pasaría nada. O si se tratase del preso Junqueras. Silencio. Hipocresía, como la respuesta de Sánchez sobre el fugado Puigdemont. Pero ha sido Ayuso. ¡A por ella! Y ¡A por él! A por Alberto Núñez Feijóo.
Pues miren. Sí. Parece que esta izquierda ultra radical nos prefiere en la cárcel porque así nos callarían, o eso creen. Hablemos, pues.
El Gobierno no quiere que los jóvenes sepan quién fue Miguel Ángel Blanco intentando así borrar su secuestro y asesinato y blanqueando sus pactos con los de Bildu. Justificando, sin escrúpulo alguno, el “olvido” de esta figura y la “insensatez” cuando reivindicamos aquel Espíritu de Ermua con argumentos falaces y viles como que, sic, “hace diez años que ETA (asesinos) no mata”. ¡Gracias por cumplir con la ley, asesinos! (Ironía).
Para Sánchez, ETA no mató y en la Guerra Civil mataron sólo unos, los otros no. Los golpistas catalanes aman a España y el comunismo es la solución al problema de la pobreza y la crisis económica.
Por el contrario, al PSOE le mola eso de sacar a pasear a Franco y una Guerra Civil, 86 años después. Una guerra en la que unos y otros se mataban entre sí. Hermanos contra hermanos. Una etapa que se solventó y quedó cerrada en 1978 con nuestra Constitución. Una Carta Magna de ruptura y de consenso.
Para Sánchez, ETA no mató y en la Guerra Civil mataron sólo unos, los otros no. Los golpistas catalanes aman a España y el comunismo es la solución al problema de la pobreza y la crisis económica. Pedro quiere Madrid, Madrid vota a Ayuso, vota libertad. Sánchez ordena el ventilador de Simancas y así arder al grito de ¡Sanidad Pública!
Una vez más la mentira ensuciará las calles, pero ya sabemos que la sanidad es la excusa, el objetivo es nuestra libertad. Y al menos la mía no la tendrán. Jamás.