Una tertuliana difunde el bulo de que Begoña Gómez es un hombre y pasa esto
Una comunicadora llama "Begoño" a la esposa de Sánchez, duda de que sea una mujer y se monta una inmensa polémica por difundir esa "fake news".
Es una vieja historia, más falsa que un beso de Judas, pero nadie se había atrevido hasta ahora a difundirla en público, en un medio de comunicación, con tanta contundencia: se trata del bulo de que Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, es en realidad un hombre.
La "fake news" fue avalada por la polémica profesora Pilar Baselga, en una tertulia de un programa en una cadena minoritaria, Distrito TV, presentado por el periodista Eurico Campano: allí, la tertuliana se refirió a la pareja de Pedro Sánchez con el despectivo término de "Begoño", y puso en duda sin pudor alguno que fuera una mujer.
Las críticas políticas al matrimonio, tan aficionado a los viajes y al oscurantismo sobre las actividades profesionales de ella, son razonables, y exigirían aclaraciones. Pero los ataques personales, tan falsos e insultantes como éste, son condenables. Especialmente cuando vienen de alguien que, lejos de rectificar, ha insistido en esa acusación sin fundamento:
No es de extrañar la ola de apoyos obtenidos por Gómez. Ni tampoco la de críticas cosechadas por la autora de la infamia, ya célebre por su participación en distintos programas de televisión en su faceta de negacionista de la pandemia de coronavirus o de la eficacia de las vacunas:
El ruido generado en las redes sociales por las palabras de Baselga, que además implicó a la "Primera Dama", con permiso siempre de la Reina Letizia, en un siniestro episodio de narcotráfico en Marruecos, quedó zanjado por las abrumadoras muestras de rechazo, con cientos de tuis solidarizándose con ella, con toda la razón.
Que a muchos no nos guste la opacidad que rodea a Gómez, empotrada en viajes oficiales y promocionada profesionalmente desde que su marido es presidente, es una cosa, digna de aclaración. Que se la insulte y descalifique con bulos, otra bien distinta, irresponsable y condenable sin ambages.