Golpes de Estado
Quien ha atropellado la democracia española es Pedro Sánchez, que lidera el proyecto de bilduetarras y separatistas de destrucción de España. ¿Quién es el golpista?
“A los exaltados que hablan de un golpe de Estado en Perú ¿dónde están los fusilados, los detenidos en el estadio, los desaparecidos, los enterrados en cunetas?”. La frase es de Juan Carlos Monedero, líder intelectual de Podemos. Según este profesor de Ciencia Política, el 23-F no habría sido, por tanto, un golpe de Estado. Pero ¿qué subyace detrás de este blanqueamiento del golpismo? No es solo, que también, un intento de apoyar a Pedro Castillo, hoy detenido por intentar liquidar la democracia peruana. Es mucho más que eso.
Juan Carlos Monedero es comunista, pero no es tonto, con permiso del gran Sazatornil (“¿Usted es comunista porque es tonto o es tonto porque es comunista?”). Monedero sabe perfectamente, porque lo apoya, que lo que está sucediendo en España es la ruptura del orden constitucional sin el uso de la violencia. Un cambio de régimen por la puerta de atrás, como denuncia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Un colosal fraude de Ley realizado contra los españoles.
En este sentido, el francés Gabriel Naudé ya advertía en su “Consideraciones Políticas sobre los golpes de Estado” que estos no tienen por qué ser violentos. “Cuando el negocio es completamente extraordinario o de consecuencias muy graves por el bien o el mal que de él pueden derivarse, entonces también nos podemos servir del término golpe de Estado”, escribió Naudé en 1752. Desde entonces no han sido pocos los totalitarios que han llegado al poder por la vía democrática, para a continuación destruir la democracia. ¿Hace falta enumerarlos?
En la actualidad, el sedicioso, el golpista, busca la puesta en marcha de una operación que le permita alcanzar un poder omnímodo. Porque se piensa que solo él sabe lo que le conviene a la gente y no admite discusión. Para ello, primero llega al gobierno y después toma al asalto todas y cada una de las instituciones del Estado en una operación de entrismo típicamente comunista.
A continuación, destruye cualquier contrapeso de garantía democrática que pueda existir en el país. Desprecia a la oposición, que será acusada de ser el no-pueblo en el que residen todos los vicios y corrupciones humanas, desprecia el parlamento y liquida la separación de poderes, conditio sine qua non de la democracia. A continuación, aprovechando la atmósfera totalitaria que ha creado gracias al control absoluto de todas las instituciones, asume el poder total.
¿No es esto lo que lleva décadas sucediendo en Cataluña y ahora, de la mano de Pedro Sánchez está sucediendo en España a velocidad vertiginosa? Lo es. De ahí que el silencio cómplice de los socialdemócratas, que no socialistas, del PSOE esté siendo escandaloso y estruendoso
¿No es esto lo que lleva y ahora, de la mano de Pedro Sánchez está sucediendo en España a velocidad vertiginosa? Lo es. De ahí que el silencio cómplice de los socialdemócratas, que no socialistas, del PSOE esté siendo escandaloso y estruendoso.
En el Congreso de los Diputados los representantes de Castilla-La Mancha o Extremadura, como sabíamos que iba a suceder, han votado a favor de la derogación del delito de sedición y la rebaja de las penas por malversación de caudales públicos, garantizando así que el golpismo pueda repetir lo acontecido en 2017. Y dejando desarmado al Estado de Derecho.
En el colmo del despropósito, un tal Felipe Sicilia, proveniente del PSOE de los ERE de Andalucía, acusó al poder judicial y a la oposición de golpista. Se marcó un Monedero, es decir, un blanqueo de su propia acción política y de la de su grupo parlamentario. Lo que en psicología se conoce como efecto espejo. Es lo de Errejón o Patxi López cuando afirman sin ruborizarse que la soberanía nacional descansa en el Congreso.
Pues no, reside en el pueblo español. Y el Congreso de los Diputados no está legitimado en ningún caso para ir contra dicha soberanía nacional. Lo saben perfectamente, pero quieren que se haga un referéndum en Cataluña que permita la separación. La legitimación de Puigdemont. Saben que en España nación y libertad siempre han ido de la mano. Con la destrucción de la nación liquidarán la libertad.
Es lo mismo que hace Pedro Sánchez cuando dice que la derecha “política y mediática”, es decir, todo lo que se opone a su proyecto totalitario, ha intentado “atropellar la democracia” por oponerse al desmantelamiento del Estado de Derecho.
Quien ha atropellado la democracia española es Pedro Sánchez, que lidera el proyecto de bilduetarras y separatistas de destrucción de España. ¿Quién es el golpista?