Sánchez ‘echa’ de España a Ferrovial y se encienden todas las alarmas
La inseguridad jurídica y los ataques del Gobierno a las grandes empresas empiezan a pasar factura. La constructora enseña el camino a las empresas que buscan estabilidad y confianza.
La empresa Ferrovial, uno de los gigantes de la construcción en nuestro país, deja España y traslada su sede social a Holanda. Sánchez, sus ataques a las grandes empresas y sus políticas fiscales han echado a la compañía, la han espantado, y puede, esperemos que no, que sea la primera, pero no la última en marcharse.
Según parece hay un conjunto de motivos que han llevado a la multinacional española a tomar esta decisión, pero todos tienen que ver con la forma de gobernar de Pedro Sánchez. Holanda -Países Bajos, como manda ahora la corrección política- tiene una calificación crediticia AAA, es decir es más fiable que España a la hora de financiarse, y la seguridad jurídica es mucho mayor.
A los impuestos extraordinarios a los bancos y eléctricas hay que sumar los ataques de Sánchez a los empresarios, “los poderosos” que supuestamente, dice él, conspiran junto al PP contra su Gobierno. Por no hablar de los insultos directos que reciben algunos, como Roig, desde el propio Consejo de Ministros
Aquí las multinacionales han sufrido, están sufriendo en carne propia, los vaivenes populistas del Gobierno: que si impuestos extraordinarios a los ‘beneficios caídos del cielo’ de las compañías de gas y electricidad; que si un gravamen a la banca porque gana mucho.
A eso hay que sumar los constantes ataques de Sánchez a los empresarios, “los poderosos” que supuestamente, dice él, conspiran en la sombra junto al PP contra su Gobierno. Por no hablar de los insultos directos que reciben algunos desde el mismo Consejo de Ministros. Que se lo pregunten a Roig, objeto de las descalificaciones chuscas del sector ‘podemita’ del Ejecutivo sin que Sánchez se inmute demasiado.
Ante estas amenazas y caprichos sobrevenidos de Sánchez, la familia Del Pino, principal accionista de Ferrovial, ha decidido tomar las de Villadiego y buscar refugio en una democracia europea más seria y fiable como la holandesa, donde los populistas y los comunistas no asoman por el Gobierno ni se les espera.
No es descartable que cunda el ejemplo. Ya ocurrió en Cataluña cuando, a raíz de la inestabilidad causada por el procés, muchas empresas catalanas de toda la vida, algunas tan emblemáticas como Caixabank, Sabadell, Catalana de Occidente o Planeta, se marcharon a otras comunidades como Valencia o Madrid. Lo que está claro es que el dinero huye del populismo y de los problemas, los causen los separatistas o Sánchez.