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Sánchez noqueado por sí mismo en el cara a cara

En ningún momento del debate de Antena 3 Pedro Sánchez fue capaz de contenerse a sí mismo. Estuvo nervioso, desencajado, agresivo y faltón ante un Feijóo que le tumbó con datos y argumentos.

Sánchez y Feijóo se saludan instantes antes comenzar el debate cara a cara en Atresmedia

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El candidato socialista a la presidencia del Gobierno perdió el cara a cara con Alberto Núñez Feijóo o, mejor dicho, cayó derrotado por sí mismo, por su altanería, sus nervios, su tono, su cinismo y sus mentiras. También por los golpes continuos del gallego, que le martilleó con simples datos y verdades que duelen. Hay pocas dudas al respecto. Solo los más sanchistas de entre los sanchistas podrían dar un resultado diferente a este combate. Pocas veces un debate estuvo decantado con tanta claridad hacia un lado.

Llevaban 8 meses sin cruzarse una palabra más allá de los debates parlamentarios y justo 9 sin estrecharse la mano. Eso habla muy mal de la relación que mantienen ambos líderes y peor aún de la falta de talante democrático del presidente del Gobierno que es quien debe descolgar el teléfono para informar, consultar o consensuar determinados asuntos con el jefe de la oposición.

Esa misma falta de sentido democrático del candidato del PSOE se dejó ver en toda su plenitud en el debate en el que Sánchez se sintió arrinconado y a la defensiva desde el inicio. No permitía hablar a Feijóo, le cortaba continuamente, gesticulaba, endurecía la mandíbula… En una palabra, se mostró desencajado. Fue como el boxeador que recibe una paliza de su rival y su única arma es agarrarse continuamente intentando que su rival no le dé más golpes.

Feijóo ganó con rotundidad. Solo los más sanchistas de entre los sanchistas podrían dar un resultado diferente a este combate. Pocas veces un debate estuvo decantado con tanta claridad hacia un lado.

El momento culminante llegó cuando Feijóo le planteó un acuerdo: el que pierda las elecciones se abstendrá para que gobierne el otro. Un compromiso sencillo de asumir. Sánchez quedó desarmado por completo, incapaz de dar respuesta en toda la noche a esa propuesta reiterada una y otra vez por el gallego.

Se notó también mucho que era la primera vez también que mantenían un debate en plena igualdad de condiciones. Hasta la fecha, en sus debates parlamentarios en el Senado el reglamento ha dado ventaja al presidente: en la sesión de control al Gobierno disfrutaban siempre del mismo tiempo, pero la última palabra la tenía Sánchez; en los debates más largos, la ventaja era mucho más evidente ya que el socialista no solo disfrutaba de la última palabra sino de un tiempo y un número de intervenciones ilimitados frente al tiempo y las réplicas tasados de Feijóo. Aquí las normas eras las mismas para los dos y se notó que lo llevaba mal.

Este lunes en Antena 3, sin árbitros a favor y sin normas que le beneficiaran, Sánchez sufrió mucho. Feijóo solo sufrió las formas de Sánchez. Desde luego, si el candidato socialista fiaba en este cara a cara todas sus posibilidades de permanecer en la Moncloa lo cierto es que pinchó de manera notoria. El candidato del PP se negó antes de la campaña a participar en la disparatada propuesta de mantener seis debates cara a cara con Sánchez. Probablemente el propio Sánchez sentirá alivio ahora mismo.

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