Mensaje de Feijóo a Génova ante la 'fiera herida' de Sánchez: "Pies de plomo"
El líder del PP y su entorno más cercano está más que satisfecho del resultado del debate en Atresmedia. Pero el gallego exige huir de euforias desmedidas. El adversario es muy peligroso.
Alberto Núñez Feijóo camina con paso firme hacia el Palacio de La Moncloa. Lo tiene a la vista. El PP tiene sed de urnas. Sus dirigentes desean abrir una nueva etapa con la que poner fin al "sanchismo". Con todas las encuestas a su favor, el candidato popular salía por la puerta grande del cara a cara con Pedro Sánchez en Atresmedia. Los suyos le han subido con razón a los altares. Todo el mundo lo ha dado ganador.
El entorno de Feijóo tiene un especial interés en administrar ahora el golpe propinado al PSOE sin ocultar su satisfacción. Contundente. Inequívoca. Inapelable. Es más, "a los diez minutos supimos que Feijóo había ganado el lance", confiesan cercanos al gallego que ya pudieron constatar en los estudios de televisión los sudores de los acompañantes del aún presidente del Gobierno, además de las voces dadas por María Jesús Montero al verse cada vez más cerca de pasar a la oposición.
En Moncloa niegan la mayor. A toro pasado, nadie asume responsabilidades. "Y eso que pedíamos seis cara a cara", recuerdan los más ácidos. Da igual. La pretensión de Sánchez es mantener el flanco de ataque contra Feijóo en los pactos con Vox
Y ahora toca evitar morir de éxito. Feijóo contempla enchufado al partido, pero él gusta moverse en la prudencia. Pies de plomo. Como él mismo avisa ya a propios y extraños, "un debate no son las elecciones".
Feijóo ha retomado este martes en Ciudad Real su campaña. Y pese a la satisfacción entre los suyos, no quiere euforias desmedidas.
A diferencia de su contrincante, el presidente de los populares en ningún caso subestimará a Sánchez y su necesidad de pisar platós ante la dificultad de movilizar al PSOE. En la calle Génova están ahora a la espera del impacto del cara a cara en los trackings.
"Puede mover entre un 2% y un 4% del electorado en su conjunto", vaticinan los expertos. Todo suma. En la acera de enfrente, perdido el cara a cara, los socialistas se han lanzado a un control de daños exprés para salvar a Sánchez. La estrategia está pasando por acusar a Feijóo de mentir. Es la estampa, resumida desde Ferraz, que fija un retrato del líder popular "frío", "calculador" o "impasible".
El entorno de Feijóo tiene un especial interés en administrar ahora el golpe propinado al PSOE sin ocultar su satisfacción. Contundente. Inequívoca. Inapelable.
Evidentemente, el alto mando socialista ha tomado nota de la desazón que recorre el Partido Socialista. Desconcertados muchos cuadros por el fracaso en una prueba de fuego destinada a coger vuelo. "Nos han matado las altas expectativas", sostienen dirigentes en la voluntad de evidenciar la errónea estrategia.
En La Moncloa niegan la mayor. A toro pasado, nadie asume responsabilidades. "Y eso que pedíamos seis cara a cara", recuerdan los más ácidos. Da igual. La pretensión de Pedro Sánchez es mantener el flanco de ataque contra Alberto Núñez Feijóo en los pactos con Vox. Y así será, presumiblemente, hasta la derrota final.