24 de septiembre: el día para exigir que con tus derechos no se juega
El acto convocado por el PP para ese día, lejos de ideas golpistas, debe servir para rechazar la idea de que el que quiere ser presidente negocie con la libertad e igualdad de los españoles.
El próximo domingo 24 de septiembre se celebra la Virgen de la Merced, patrona de Barcelona. Cuenta la leyenda que la noche de ese día, pero en 1218, la virgen se apareció simultáneamente al Rey Jaime I de Aragón, a San Pedro Nolasco y a San Raimundo de Peñafort, pidiéndoles que se crease una orden religiosa dedicada a salvar a cristianos encarcelados.
Se consideró que esta orden religiosa tenía como finalidad lograr la libertad de aquellos que la habían perdido, siguiendo el principio de igualdad puesto que no hacían distinción entre hombre y mujer, rico ni pobre y por supuesto tampoco elegían si eran los cautivos de Barcelona o Madrid. La libertad se conseguía en base a la igualdad.
Desconozco si cuando se decidió la convocatoria por parte del Partido Popular del acto del próximo día 24 de septiembre en la madrileña plaza de Felipe II a las 12 h en defensa de la libertad e igualdad de los españoles, se tuvo en cuenta este detalle. Sin embargo, es curioso y significativo, que ese día estemos llamados a defender en la calle estos dos derechos fundamentales reconocidos en la constitución para todos los españoles.
Por ese motivo voy a ir a Madrid, sobre todo porque desde la Constitución de 1812 se ha reconocido que España es una nación de ciudadanos libres e iguales. También porque en la declaración de 1948 de derechos humanos se establece la libertad e igualdad ante la ley y la independencia del Poder Judicial como base del estado de derecho. Pretender lo contrario es arbitrariedad y un estado arbitrario es una autocracia.
Somos muchos los que nos negamos a aceptar que unos pocos impongan sus intereses a la mayoría y que el que quiere ser presidente del gobierno negocie con mi libertad y mi igualdad con los que se consideran con derecho a ser de mejor condición por el lugar que han nacido o porque tienen un concepto supremacista de la sociedad.
Me niego a aceptar que aquellos que han cometido un delito no sean perseguidos porque sus votos son necesarios para que un político sea presidente del Gobierno. Tampoco acepto que se cambie la ley para dejar impunes delitos de aquellos que forman parte del mundo independentista catalán o vasco y consideran que lo van a volver a hacer ya que no se arrepienten , porque a partir de dicho argumento, ¿cómo la Justicia pude perseguir a cualquier otro delincuente que haya robado, alterado el orden público, saqueado comercios, agredido a policías, incendiado las calles o alterado el orden público?
Todos los españoles somos libres e iguales, sin distinción de lugar de nacimiento, y todos los delincuentes deben ser tratados con el mismo rasero: investigados, juzgados y obtener una sentencia justa, lo demás supone una rendición del Estado de Derecho.
No es aceptable que se afirme que algo que es inmoral es adecuado, ya que así se consigue un efecto político. No podemos aplicar ni el principio del mal menor ni el del fin justifica los medios, porque ni la claudicación de la libertad e igualdad es menor, ni el fin de contentar a los delincuentes se justifica mediante la promulgación de una ley que afirme que no han delinquido y quién los persigue son una especie de inquisición moderna.
No quiero vivir en un Estado que claudica ante el delito porque un político quiere ser presidente del Gobierno. No quiero vivir en un lugar donde el delito se persigue según quién lo comete; y me niego a que mi libertad y mi derecho a la igualdad sea objeto de mercadeo en una negociación de investidura.
Porque en la legislatura pasada ya vimos el resultado de esa cesión de derechos: se indultó, se rebajó las penas de los que han robado dinero público y se eliminaron delitos para obtener unos meses más de permanencia en el sillón. Todo ello... ¿para qué? Porque los beneficiarios de la degradación de mis derechos han seguido doblando la exigencia sin pudor alguno. Por eso creo que un 24 de septiembre de 2023, día de la Virgen de las Mercedes, es un buen momento para decir que conmigo y mis derechos no se juega ¡BASTA YA!