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Miguel de Lucas

Pams and Company, ¿a alguien le importa vuestra opinión sobre los besos?

José Coronado confiesa su miedo a que le llamen agresor por ceder el paso a una mujer. Pam, rauda y veloz, le explica que más le vale tener miedo.

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, y la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en funciones, Ángela Rodríguez 'Pam'.

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Pim, Pam, Pum, fuera. Ella evacúa sus pensamientos como pedorretas. No la tendríamos en cuenta si no fuera porque es la número dos de Irene Montero, la indimisionaria irredenta. Una señora (?) a la que usted paga y yo pago para que diga sandeces. Ahora esta política (¡) le dice a usted y a mí cuándo y cómo besarnos. No es fácil: hay que hacer un máster en el MIT feminista (canal Red, se llama ahora).

Pero uno es listo y aprende rápido. Ahora ya lo sé todo. Gracias Pam. Antes de dar un sorpresivo abrazo a mi mujer la avisaré por la megafonía de la casa. ¡Cariño, no temas, que ahí voy! Cuando me encuentre a una vieja amiga la frenaré en seco. Quieta, Sisí, ni te acerques bicho. ¿Cómo osas besarme sin mi consentimiento? Solo es sí es sí si si yo te digo que sí, Sisí.

Estos ejemplares -Pams and Company- siempre ha sido "rarunos", pero ahora están a sus anchas. Su especie abunda. No pasaría nada si no fuera porque han decidido apuntarnos a su secta. Sin asamblea previa, con lo que les gusta. Es como aquella gente que jugaba al rol en el colegio. No teníamos nada contra ellos, pero sospechábamos cuando se encerraban en su sótano.

José Coronado -un tío guapo, en eso hay consenso-, confiesa que está aterrorizado. Dice que teme le llamen agresor por cederle el paso a una mujer. Que no le gusta la España de los Rubiales, pero tampoco la de Montero. Que tiene muchos años, su propia opinión y que no le hagan comulgar con ruedas de molino. Es decir, dice lo que piensan muchos españolitos perplejos.

Coronado es un tío cabal. Pam es alguien que pasaba por allí y suelta chorradas. Pero en nuestra España, Pam gana a José. El sinsentido frente al sentido común. La amnistía es otro ejemplo. El sentido común la rechaza. Pero llega alguien y te dice que estás equivocado. Tú le miras con recelo. Se habrá tomado fentanilo. Pero luego descubres que son legión esos zombies intelectuales. Pams and Company.

No pasa nada, siempre ha sido así. Se les ve más ahora porque mandan (y gastan). Seguro que tienen razón y nosotros no, pobres infelices. Hay que seguir votándoles, está claro. Somos dinosaurios, como Guerra y González. Y encima no sabemos besar.