Feijóo descoloca a la cúpula del PNV agitando sus "fantasmas" y a sus bases
El líder del PP dibuja al partido de Urkullu como el "kleenex" de Sánchez y agita la amenaza del "sorpasso" de Bildu para hurgar en su división y zozobra interna.
Alberto Núñez Feijóo, con un liderazgo interno y externo consolidado a pesar de haberle faltado cuatro votos, ha venido para quedarse y el primero en sufrir las consecuencias ha sido Aitor Esteban. El portavoz del PNV ha asistido desencajado a como el líder del PP "ha sacado del armario todos los fantasmas que les asustan", como resumía gráficamente Antonio Martín Beaumont en Buenos días de Telemadrid.
Feijóo "tenía ganas al PNV" -reconocen en el PP- y también ha querido hurgado en la herida de la división interna que convulsiona al partido vasco conforme se acercan unas autonómicas a las que llegan sintiendo ese aliento de Bildu en el cogote
Y para hacerlo, el líder del PP ha recurrido intencionadamente a la misma expresión que utilizó el presidente del PNV, Andoni Ortuzar tras las municipales del 23 de mayo al reprochar a Pedro Sánchez que trataba al partido vasco como "un kleenex: nos usa y nos tira". Una advertencia frente al riesgo de que una persona como Sánchez, cuya palabra no tiene ningún valor, les pueda acabar traicionando con Bildu en su batalla por el Gobierno Vasco.
Una idea que ha alimentado desde la tribuna un Alberto Núñez Feijóo que "tenía ganas al PNV" - como reconocen en el PP- y que también ha querido hurgado en la herida de la división interna que convulsiona al partido vasco conforme se acercan unas elecciones vascas a las que llegan sintiendo ese aliento de Bildu en el cogote.
Génova se ha fijado como gran objetivo que el Partido Popular obtenga un resultado en las próximas elecciones vascas que le permita tener un papel clave en la gobernabilidad del País Vasco
Pero el líder del PP no se ha quedado aquí y ha apelado a las bases del PNV que asisten con absoluto desconcierto a cómo el otrora todopoderoso partido vasco se pliega a los intereses del mismo Sánchez que está alimentando a su principal rival electoral que no es otro que el partido de Arnaldo Otegui.
Una apelación que ha hecho extensiva a los empresarios vascos que asisten atónitos a cómo el PNV apoya políticas de la izquierda radical que van en contra de la esencia, la trayectoria y los intereses de los vascos. De hecho, al empresariado vasco le gustaría que se abriera paso una alternativa en Euskadi para que el PNV no siga "cautivo" de Sánchez.
Feijóo se volcará en las vascas
Y es que Alberto Núñez Feijóo se ha fijado como gran objetivo que el Partido Popular obtenga un resultado en las próximas elecciones vascas que le permita tener un papel clave en la gobernabilidad del País Vasco.
Con ese objetivo, y más allá de decida en su momento si acomete cambios en el liderazgo del PP Vasco, que hoy por hoy recae en un meritorio Carlos Iturgaiz, Feijóo se va a volcar en esos comicios con el objetivo de que se pueda abrir una nueva etapa en la política nacional donde Pedro Sánchez - salvo sorpresas - estará ya pagando el precio que le piden los independentistas por mantenerse en Moncloa.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, este miércoles en su réplica a Feijóo.
Feijóo apelará precisamente a ese empresariado vasco y a esas bases peneuvistas que asisten "con gran preocupación" a como el PNV prefiere votar en contra de Feijóo y diluirse en una coalición de partidos radicales, que haber sido un socio preferente en un gobierno sin Vox de Alberto Núñez Feijóo quien habría visto con buenos ojos tener un ministro de trabajo del Partido Nacionalista Vasco, según señalan a ESdiario fuentes de la dirección popular.
Sin embargo el desprecio del PNV, más allá de haber votado en contra de su investidura, ha colmado la paciencia del líder del PP quien se ha desquitarse desde la tribuna del Congreso advirtiendo: " Que tenga cuidado el señor Aitor Esteban con los maratones porque a ustedes les están empezando a ganar".
No obstante un Feijóo con un liderazgo consolidado no ha querido ni mucho menos volar los puentes con el PNV y como en política los gestos son tan importantes como las palabras, en un receso de la votación se acercó a estrechar la mano a un atónito Esteban. Otra demostración que retrata que más allá de quién gane la investidura, hay dos formas de hacer política.