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La UE es la última esperanza para frenar a Sánchez

Desde Bruselas lanzan un serio aviso al líder del PSOE por la amnistía y el castillo de naipes construido para contentar a sus socios se le puede venir abajo de la manera más inesperada.

El líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, tras la reunión informal de Jefes de Estados o de Gobierno de la Unión Europea en Granada.

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El comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, advierte a Pedro Sánchez de que están muy pendientes de la ley de amnistía que le exige Junts de cara a facilitar su investidura. Según dijo, examinarán “muy de cerca” el texto porque si bien estamos ante una “competencia nacional” existen “ ciertos límites” como son “la lucha contra la corrupción” y en concreto “contra algunos delitos como la malversación”.

El aviso es claro y contundente y pone en un aprieto serio a Sánchez, ya que los separatistas exigen una amnistía para todos los delitos cometidos en el ‘procés’, entre ellos precisamente el de malversación de fondos públicos.

Ante esta situación cabe preguntarse si al equilibrista de la Moncloa no se le caerá el castillo de naipes de su investidura por donde menos lo esperaba, por la Unión Europea. Sería paradójico que una vez que tenga cuadrado el sudoku, satisfaciendo a la vez a Puigdemont, a Junqueras, a Otegi y a Aitor Esteban, todo se le desmorone por intervención de Bruselas.

Desde luego, no sería la primera vez que pasa algo parecido. En 2020, cuando Sánchez tenía ya decidido modificar la ley para rebajar las mayorías exigidas para renovar el GGPJ, Europa le dio un serio aviso y finalmente el Gobierno acabó dando marcha atrás. Aquello no se ajustaba a la idea de la separación de poderes ni a los mínimos estándares democráticos que debe guardar un país miembro de la UE.


Si sumamos esa amenaza que llega de Europa con el hecho de que Sánchez no cuenta con más apoyos ahora que hace dos meses y medio, quizás no sería aventurado decir que la hipótesis de ir a nuevas elecciones gana terreno.

Es cierto que a Sánchez se le ve muy seguro y convencido de que logrará la investidura antes del 27 de noviembre, fecha tope. Sin embargo, también es real que, de momento, no ha conseguido más apoyos que los de Bildu. Ni ERC ni Junts ni el PNV le respaldan aún. Todos quieren vender sus votos al menos tan caros como los del resto. Así, la negociación es tan difícil que no es posible descartar que una de esas múltiples pelotas que mantiene a la vez en el aire se acabe cayendo al suelo, dando así al traste con sus planes para lograr la investidura y enviándonos a todos de nuevo a las urnas.