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El "traje a medida" que se prepara Sánchez: la Presidencia del Consejo Europeo

Aunque el futuro se sustancian en dos escenarios: investidura o elecciones; circula entre sus propios y también entre ajenos, la teoría de la ambición europea del presidente.

Pedro Sánchez junto con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

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Sentenciaba un mandatario latinoamericano que “en política el que no aspira, expira”. Y, de acuerdo con esta máxima, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no tienen intención alguna de salir con los pies por delante puesto que tiene planes e incluso aspiraciones que van más allá de la investidura.

Aunque sus más cercanos aseguran que Sánchez diseña escenarios y opciones en diferentes pantallas y que todas ellas se sustancian en dos escenarios: investidura o elecciones, circula entre sus propios y también entre ajenos, la teoría de la ambición europea de Sánchez.

“Sánchez tiene en su punto de mira la presidencia del Consejo”, aseguran algunos de los que se jactan de conocerle. Pero si ese es uno de los objetivos del presidente español, solo puede alcanzarlo siendo presidente del Gobierno, así sea en funciones.

Una teoría que se eclipsó desde el momento que las elecciones del 23J arrojaron un resultado tan complejo y a la par tan celebrado por Sánchez y el PSOE. Ahora la teoría de Sánchez recalando en las instituciones europeas, de nuevo gana fuerza y actualidad. Y no solo eso.

Comentan propios, y no desmienten ajenos, que a Sánchez se le está preparando un “traje a medida” en el entramado institucional europeo y que ese no es otro que el de Presidente del Consejo, en sustitución del belga Charles Michel.

Ese cargo queda vacante en septiembre de 2024 y según sus allegados, a Sánchez no le disgustaría en absoluto arrancar su carrera europea con ese puesto que nunca ha ostentado ningún presidente español desde que, tras la firma del Tratado de Lisboa, dejó de ser rotatorio y adquirió carácter permanente, con una duración de 2 años y medio, renovable por un periodo más.

Aseguran quienes están en los entresijos europeos que en esta ocasión toca a un socialista asumir el cargo y llevar adelante la agenda y organización de los mandatarios europeos y la actividad desplegada por ellos en el seno del Consejo.

Ya que la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von Der Leyen, es alemana y aspira a repetir, la vacante contigua, en el Consejo, no puede recaer en el canciller Olaf Scholz, por una cuestión de repartos.

Ahora, la teoría de Sánchez recalando en las instituciones europeas, de nuevo gana fuerza y actualidad. Y no solo eso.

Se da la circunstancia, además, que de los tres países con presidentes socialdemócratas (Portugal, España y Alemania) solamente España no ha ostentado ese cargo jamás desde que dejó de ser rotatorio y se convirtió en permanente.

Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.

Quienes van más allá y quieren hilar aún más fino, señalan que la presidencia española (esa sí rotatoria) y su presidente de turno o anfitrión, Pedro Sánchez, se está tratando de lucir ante sus colegas europeos (siempre y cuando no se le envenene la gestión gracias al coro de los cantores de Podemos, empeñados en usar su púlpito ministerial para pedir la ruptura de relaciones con Israel o una actitud proactiva de España contra el Estado de Israel, para llevarlo ante la Corte Penal Internacional)

Comentan propios y no desmienten ajenos que a Sánchez se le está preparando un “traje a medida” en el entramado institucional europeo y que ese no es otro que el de Presidente del Consejo, en sustitución del belga Charles Michel.

Tanto Sánchez como su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tratan de exhibir gestión y se ponen de perfil, hacen oídos sordos, o silban con entusiasmo El Puente sobre el río Kwai cada vez que se les viene encima alguna de las peticiones y exigencias de Podemos con respecto al conflicto en Oriente Próximo, que el resto de países miembros de la UE escuchan con asombro, extrañeza e incluso incomodidad.

Otro dato para quienes quieran recrearse en la arquitectura y el mercadeo por los puestos europeos cada cinco años, cuando se reparten votos, escaños y puestos: España va a dejar su vicepresidencia en el Banco Central Europeo que ostenta el ex ministro del PP, Luis de Guindos y también el cargo de Mr PESC o Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, que ocupa el socialista Josep Borrell, aunque oficialmente, solo presentamos para cargo a la vicepresidenta Nadia Calviño, como posible presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Si eso es así, se perdería poder en el cambio. Pero quienes aseguran que Pedro Sánchez no da puntada sin hilo, lo atribuyen a esa voluntad del presidente español por convertirse en Presidente del Consejo.

Sánchez tiene en su punto de mira la presidencia del Consejo”, aseguran algunos de los que se jactan de conocerle. Pero si ese es uno de los objetivos del presidente español, solo puede alcanzarlo siendo presidente del Gobierno, así sea en funciones.

Así pues, el líder socialista necesita bien poder ser investido presidente antes del 27 de noviembre, momento en el que en segundo lugar, se disolverían las Cámaras automáticamente, o que unas nuevas elecciones vuelvan a arrojar una situación de bloqueo similar a la actual que perdure hasta pasadas las elecciones europeas, en cuyo caso seguiría siendo presidente del Gobierno en funciones a la hora de optar a presidir esta alta institución europea.

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