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Eugenio Narbaiza

A pesar de su mayoría absoluta, Sánchez gobernará de prestado

El presidente del Gobierno no ha dudado en cambiar su contrato social con el que se presentó a las elecciones, “por razones de conveniencia” e incluso dejar de lado la Constitución.

Pedro Sánchez, en el debate de investidura.

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Pedro Sánchez ha sido designado presidente del Gobierno en una votación celebrada en el Congreso de los Diputados en la que ha obtenido 179 votos de 8 grupos parlamentarios, con la particularidad de que estos apoyos se han producido porque en el banco de enfrente, estaba Feijóo, real ganador de las elecciones generales en número de votos.

Para ello, Sánchez no ha dudado en cambiar su contrato social con el que se presentó a las elecciones, “por razones de conveniencia” e incluso dejar de lado la Constitución para obtener “el poder por el poder”, acordando con sus “socios de investidura” medidas que estando fuera de la Constitución, liquidan elementos básicos de un Estado de Derecho como es el Poder Judicial, al que se le hace una enmienda a la totalidad como consecuencia de la aprobación de una Ley de Amnistía.

La consecuencia de la aprobación de esta ley, supone reconocer que todas las actuaciones que llevaron a cabo los jueces, fueron injustas hacia los acusados de delitos de sedición y malversación en los sucesos del 1 de octubre en Cataluña y que la separación de poderes en España queda anulada, porque desde la política, se quiere enmendar lo decidido por la justicia, según las leyes que estaban establecidas en el momento de producirse esas actuaciones desde la política.

Pedro Sánchez que se ha visto obligado a aceptar estas exigencias del independentismo catalán para recibir sus apoyos para ser presidente del Gobierno, se olvida de que en aquellos momentos, fue corresponsable de las decisiones que tomó Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, puesto que tanto la aplicación del de la Constitución, como para otras actuaciones, fue llamado a Moncloa y no se pusieron en marcha sin su conformidad.

Sánchez gobernará de prestado mirando a Waterloo

Por este motivo, resulta difícil de entender que con sus acuerdos, quizás el más importante negociado en un país extranjero y con una persona que es prófugo de la justicia, se auto culpabilice de todo lo que hizo en 2017, aceptando sin rechistar todas las exigencias sólo para acceder al poder y de la sensación de “gobernar de prestado” para “reparar” las decisiones que tomará entonces conjuntamente con el entonces presidente Mariano Rajoy.

La realidad nos dice que esa va a ser la verdadera función de Pedro Sánchez la presente legislatura, “reparar” todo aquello que el independentismo catalán necesite para volver al punto de partida de 2017, sin castigos, sin sanciones ni penas de cárcel por los delitos cometidos entonces según las leyes en vigor.

¿Alguien se imagina que una vez aplicada la Amnistía, anulados los delitos y considerada injusta la actuación de los jueces, políticos encausados como Junqueras pudieran pedir daños al Estado por sus decisiones? Juristas de prestigio no niegan que esto pudiera producirse en un futuro.

Pedro Sánchez ya es presidente del gobierno, no sabemos por cuánto tiempo pero lo que sí es cierto, es que lo que le exigen sus socios es enmendar sus propias decisiones y “gobernará de prestado” hasta que quieran sus socios residentes en Waterloo.