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Elecciones en Galicia: Rueda coge con el paso cambiado a Sánchez

Si el PP gana, Feijóo saldría enormemente reforzado para afrontar las otras dos citas electorales que se vislumbran en el horizonte: las europeas y las vascas

Alfonso Rueda

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El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha decidido adelantar las elecciones autonómicas de Galicia, de tal modo que se celebrarán el 18 de febrero en lugar de julio de 2024 como estaba previsto.

Alfonso Rueda había hecho ya los deberes, con los presupuestos para el año que viene aprobados esta misma semana, y ha entendido que es el mejor momento para convocar y lograr una nueva mayoría absoluta que dé estabilidad a la comunidad en momentos de zozobra.

La alternativa al PP es una coalición multipartita en la que probablemente tendrían que entrar con el PSOE desde el BNG hasta Sumar, pasando por Podemos. Otro engendro parecido al que sufrimos a escala nacional que, desde luego, no aportaría seguridad ni tranquilidad ni estabilidad a Galicia.

Rueda ha visto que ahora era el momento oportuno, con la amnistía caliente en el horno aún por esas fechas y el consiguiente descrédito y desgaste de la marca PSOE, y con la izquierda radical dividida en Sumar y Podemos, lo que resta aún más opciones a ese Frankenstein gallego. La maniobra ha cogido a Pedro Sánchez con el paso cambiado y con escaso margen de reacción, atado como está a sus acuerdos con el prófugo Carles Puigdemont, Bildu y ERC.

Es cierto que la derrota del sanchismo no sería una sorpresa, que se da por hecha, aunque la experiencia nos dice que en ocasiones las urnas las carga el diablo. En ese escenario hay mucho en juego porque, aunque en Galicia se vota más en clave autonómica que en otras regiones, es inevitable hacer una lectura nacional de los resultados.

Si el PP no gobierna -necesita revalidar la mayoría absoluta- supondría un varapalo enorme para Feijóo en su propia tierra y daría alas a Pedro Sánchez en el momento más bajo para él. En caso opuesto, el líder del PP saldría enormemente reforzado para afrontar las otras dos citas electorales que se vislumbran en el horizonte. Las elecciones al Parlamento Europeo a primeros de junio y un mes después las vascas.

Las europeas, con circunscripción única, sin duda se van a celebrar en clave plebiscitaria. Llegar a ellas después de una victoria sólida en Galicia ayudaría al PP a obtener un resultado claro y contundente que se pueda interpretar como una censura de los españoles al sanchismo. Las elecciones vascas, por su parte, pueden suponer un quebradero de cabeza para los socialistas cuando tengan que decidir a cuál de sus socios entregan el Gobierno y a cuál enfadan.

En función de lo que suceda en todos esos escenarios podremos ver con mayor claridad qué posibilidades reales hay de que Sánchez agote la legislatura o, por el contrario, empiece a verse el final de la misma a lo lejos. Galicia puede ser la espoleta de la bomba de relojería del sanchismo.