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Sánchez siempre ha buscado a Bildu: el socio deseado

La entrega de la alcaldía de Pamplona es el colofón de un acercamiento buscado. Para llegar ahí ha tenido que usar en todo momento su mejor arma: la falta de escrúpulos

Sánchez con la portavoz de Bildu

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El PSOE entrega este jueves la alcaldía de Pamplona a Bildu. Es parte del pago de Sánchez a Otegi por su apoyo en la investidura, es obvio, pero también es el colofón a un acercamiento buscado, premeditado y deseado de los socialistas a los herederos de ETA.

Pedro Sánchez ha necesitado a Bildu en muchas ocasiones para llegar al poder, para aprobar leyes y para mantenerse en él. Primero se sirvió de Pablo Iglesias y su algo más que magnífica relación con el mundo abertzale para lograr el apoyo de los proetarras a su moción de censura contra Mariano Rajoy.

No obstante, poco a poco Sánchez ha ido fraguando una relación propia con los de Otegi. Para llegar ahí ha tenido que usar en todo momento su mejor arma: la falta de escrúpulos. No tuvo inconveniente, por ejemplo, en dar el pésame a Bildu en el Senado por la muerte de un terrorista de ETA en prisión y ha tratado siempre a Bildu con guante blanco.

Esa relación ha fraguado. Ya no necesita de intermediarios y se ha consolidado hasta el punto de que hoy Bildu probablemente es, después de Sumar, el socio más fiel y con el que menos disputas tiene el PSOE.

El blanqueamiento de esta formación, que presentó decenas de miembros de ETA cono candidatos en sus listas de las elecciones municipales, ha llegado al extremo de tildarlo en público de “partido democrático progresista”, como dijo Óscar Puente. El propio Sánchez ha dicho muchas veces que él negocia con todo el mundo, Bildu incluido, excepto con Vox, “la ultraderecha”.

Sánchez necesita a Bildu para seguir en el poder y como un aliado más afín que el PNV en el País Vasco, un partido muy a la derecha del PP, tradicional y nada ‘progresista’. Es muy probable que la estrategia del PSOE ahora pase por sustituir al PNV por Bildu. Lo veremos.

Por su parte, Bildu necesita a Sánchez para conseguir hacerse con el poder en el País Vasco en las próximas elecciones autonómicas previstas para el verano. Ambos quieren bailar juntos y la música ha comenzado a sonar en Pamplona.