El PSOE de Sánchez regala Navarra a Bildu... a pesar de los navarros
Este jueves se consuma la humillación al pueblo navarro, cuya capital ha sido utilizada como moneda de cambio por el simple hecho de contentar los intereses de un PSOE inmoral y desnortado.
Hoy 28 de diciembre, debería ser un día de bromas, chascarrillos e imaginación para cumplir esa bonita tradición de hacer chanzas. Escribir noticias bien construidas y en definitiva hacer de esta fecha navideña algo entrañable. Sin embargo, cuando la realidad política se pone de frente, no queda otra que afrontarla.
Pamplona, una de las ciudades españolas más conocidas en el mundo, va a sufrir una de las circunstancias más humillantes para una sociedad, particularmente la navarra, al ser una mera moneda de cambio de intereses políticos ajenos a sus ciudadanos. Servirá de pago mercantil para que una sola persona goce de poder, a pesar del rechazo social y político que genera su acto, que es absolutamente indigno.
Aquí el juego de las mayorías no es suficiente cuando se cede a las pretensiones de grupos políticos que siempre, desde la imposición y coacción, han querido hacer de Pamplona y Navarra el eje de una supuesta Nación sin razones históricas, ni beneficios políticos. Además han provocado dolor, daño, muerte hasta el punto de sufrir 28 asesinatos en la capital navarra, de los cuales 8 nunca se han terminado de resolver por vía judicial.
Entregar Pamplona a la izquierda abertzale desde una formación navarra, que ha tenido que quitar a una política de su cargo dándole una patada hacia arriba, nombrándole ministra del gobierno de España y ver que dos miembros de una lista electoral renuncian a aceptar su cargo de concejal, lo dice todo. Es un pacto tan oscuro y miserable que algunos que debían participar en él se quitan de en medio “por razones personales”. En donde la discrepancia con lo que se quiere hacer es evidente, la dignidad y el rechazo queda claro y el sonrojo ante el hecho rechazable pero exigido desde Madrid, es transparente.
Al final de ese pleno que tendrá lugar este jueves en el Ayuntamiento y que contemplaran como testigos miles de pamploneses y navarros que se concentraran en la plaza del consistorio, se entregará la makilla de alcalde al receptor de ese pago. Una transacción política construida desde Madrid y ejecutada por sucursalistas navarros sin explicación más honesta que el mantenimiento en el poder de su jefe, el dueño del BOE y el señor de una forma de gobernar España que es un contra Dios.
Para ser justos, después de esta moción de censura, quien debería entregar el bastón de alcaldía como acreedor del poder es Sánchez porque es el único beneficiado de esta inmoralidad que hace daño en el alma de los pamplonicas y navarros. Veremos una Pamplona que no queremos y que solo será el primer paso para intentar destruir una Navarra que amamos tal y como es y tal y como ha sido a lo largo de la historia. Todo ello solo para que Sánchez siga en el poder.
Pero para quienes sufrimos esta humillación, esta indignidad, ha llegado el momento de sacar esa gallardía que llevamos en el alma los navarros, ese coraje para proteger lo nuestro y esos valores del Reino que es Navarra. Lo haremos luchando para que no la destruyan y la hagan esclava de un sectarismo cultural, histórico y político, que viene de fuera, que ha causado dolor y que sólo es objetivo de sueños, mancillando a un pueblo noble, trabajador y con personalidad propia.