Mónica García, tarde y mal ante la epidemia de gripe
La nueva ministra de Sanidad se ha estrenado en el cargo de la peor manera posible: ausente e inoperante ante la epidemia de gripe y otras enfermedades respiratorias que se han disparado
La nueva ministra de Sanidad, Mónica García, se ha estrenado en el cargo de la peor manera posible: ausente e inoperante ante la epidemia de gripe y otras enfermedades respiratorias que se han disparado durante estas Navidades. Desde la Comunidad de Madrid le acusan de estar “de vacaciones” desde el pasado día 21. Sea como fuere, de vacaciones o no, lo cierto es que la ministra no ha dado señales de vida.
Sólo a última hora, cuando ya algunas consejerías de Sanidad habían comenzado a tomar medidas por su cuenta, Mónica García anunció el viernes pasado una reunión urgente y extraordinaria del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) para este lunes por la mañana. La convocatoria, sin cumplir el procedimiento siquiera, denota altas dosis de improvisación y precipitación.
La ministra ha demostrado que el cargo le queda bastante grande y que una cosa es meter ruido y hacer ejercicios de demagogia y sectarismo desde la oposición y otra muy distinta es gobernar. Ser “médico y madre” y feroz opositora de Isabel Díaz Ayuso no la cualifica para dirigir el Ministerio de Sanidad.
Veremos este lunes qué medidas se acuerdan. Probablemente se impondrá la mascarilla obligatoria al menos en los centros sanitarios, pese a que algunas comunidades se oponen, como la de Madrid, que prefiere que sea una recomendación antes que una obligación. La propia Mónica García calificó las mascarillas en el pasado como “inútiles”.
Así lo manifestó en diciembre de 2021 cuando el Gobierno de Pedro Sánchez volvió a establecer su uso obligatorio en exteriores ante un repunte de casos de covid. “Sólo hay una cosa peor que no tomar medidas: tomar medidas inútiles”, dijo entonces. Habrá que ver si ahora, como su jefe, ha cambiado de opinión.