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El candidato socialista en Galicia, en el ojo del huracán

El socialista, cuando era presidente de la Diputación de Lugo, multiplicó los contratos a una empresa, Asogal, que estaba quebrada y se la relacionaba con el caso Pokemon

Pedro Sánchez con José Ramón Gómez Besteiro

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Este periódico lleva cuatro días publicando un serial sobre el candidato del PSOE en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, en el que revelan unas prácticas políticas que, como mínimo, ciernen sobre él una sombra de presunta corrupción que deberían inhabilitarle como aspirante a presidir la Xunta de Galicia, aunque solo sea por precaución.

Las informaciones publicadas por ESdiario ponen de manifiesto cómo el socialista, cuando era presidente de la Diputación de Lugo, multiplicó los contratos a una empresa, Asogal, que estaba quebrada, era morosa con Hacienda y la Seguridad Social y se la relacionaba con el caso Pokemon. Nadie lo ha explicado.

Asogal, según ha destapado también este diario, era socia de otra que, casualmente, fue la que reformó la casa de Gómez Besteiro y el chalé de José Blanco. También era socia de otra empresa que dio un pelotazo urbanístico en un terreno recalificado por el Ayuntamiento de Lugo cuando el socialista ocupaba el cargo de concejal de Urbanismo.

Muchas casualidades y elementos de sospecha que no acaban ahí. A pesar de que los ingresos que declaran proceden de su actividad como abogado y no superaban los 60.000 euros por ejercicio, Besteiro atesoraba 240.000 euros en su cuenta corriente y un fondo de 60.000 más cuando llegó al Congreso de los Diputados. Como mínimo, extraño.

Es posible que alguno de los asuntos sospechosos desvelados por ESdiario pueda tener algún tipo de explicación. Todos juntos, no. Demasiadas casualidades, demasiadas conexiones, demasiadas cuestiones extrañas en el currículum de un hombre que ya ha estado ante un juez por presunta corrupción.

No parece que una persona con esa cantidad de sombras sea el candidato idóneo para la Xunta. Cabe hacerse una pregunta. Si el candidato del PP arrastrara tras de sí tal maleta de sospechas de corrupción, qué estaría ahora diciendo y haciendo el PSOE. Es fácil de imaginar.