Galicia confirma a Feijoo y humilla a Sánchez
Las encuestas acertaron esta vez. Gran éxito de Feijóo y Rueda, que mantienen la mayoría absoluta y desnudan al PSOE y a Sánchez, que salen de este proceso electoral achicharrados.
Alberto Núñez Feijóo se jugaba mucho en la noche electoral gallega y salió por la puerta grande. Mayoría absoluta para el PP de Alfonso Rueda que sabe a gloria en Santiago y en Madrid. Y un PSOE hundido, tercera fuerza a mucha distancia de la segunda, el BNG. Duro castigo a Pedro Sánchez, su amnistía y sus pactos con los independentistas. Su muro no suma más ladrillos, buena noticia para España.
Los gallegos han penalizado la estrategia socialista, que solo tenía un objetivo: debilitar al PP y a Alberto Núñez Feijóo. No aspiraban a nada más que a sumar con el BNG para entregarle la Xunta a los independentistas. Un disparate manifiesto que hubiera abierto un nuevo frente secesionista en España demás del vasco y el catalán. De haberlo logrado, su traspiés en Galicia habría pasado casi inadvertido, disfrazado de falsa coalición progresista.
Quizás los socialistas empiecen a preocuparse de verdad y a cuestionar al líder. Al fin y al cabo, la política de Sánchez solo parece beneficiarle a él, mientras que en el resto de España el partido va de fracaso en fracaso
Ahora, sin embargo, las tornas han cambiado. Feijóo sale fortalecido del proceso electoral en el que se llegó a dibujar la pérdida de la mayoría absoluta. Su liderazgo al frente del PP se apuntala. Y Sánchez sale humillado, con el peor resultado electoral de la historia en esa comunidad . Los escaños que ha perdido se le han ido al BNG, algo lógico cuando se blanquea a los independentistas y los ciudadanos perciben que apoyar al PSOE es exactamente lo mismo que votar al Bloque.
Quizás los socialistas empiecen a preocuparse de verdad y a cuestionar al líder. Al fin y al cabo, la política de Sánchez solo parece beneficiarle a él, mientras que en el resto de España el partido va de fracaso en fracaso. Sacrificar al PSOE para salvar a Sánchez no parece una buena estrategia. La ambición del líder por el poder no puede justificar el sacrifico del partido que más tiempo ha gobernado en la España democrática. O no debería. Aunque no se ve reacción interna alguna para impedirlo. Van derechos a un precipicio y hasta ahora el conductor solo recibe aplausos.
Tampoco conviene olvidar el fracaso de Yolanda Díaz y Sumar. La gallega, abofeteada en su tierra. No obtiene ni un solo escaño. Da la impresión que cuanto más y mejor la conocen, menos le votan.