ZP va ‘fumao’, ¿verdad?
El derrumbe socialista en Galicia no ha eclipsado la intervención estelar del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la campaña. “Va ‘fumao’, ¿verdad?”, es la pregunta más suave que pudo escucharse una vez vistas sus apariciones planetarias electorales.
Ciertamente, hay que estar bien desesperado para sacar del armario del recuerdo al infausto ZP, aquel que llevó a la ruina a España negándose a ver una crisis económica que trajo la desolación a millones de españoles que perdieron su empleo.
El mismo que cosechó tal moción de censura en las urnas en municipales y autonómicas en 2011, que debió convocar unas elecciones generales, anunciadas meses antes, para decir, además, que ni se presentaba. Luego vino, lógicamente, la mayoría absoluta de Mariano Rajoy.
Pues bien, tal expresidente es la única voz histórica del PSOE a la que puede agarrarse Sánchez. Felipe González, el ex secretario general socialista más carismático de sus siglas ya ha expresado por activa y pasiva su oposición a las políticas que el actual líder está haciendo y menguan sus votantes cada vez se abren las urnas.
El PSOE en Galicia se ha quedado en el hueso del jamón. Ni los más cafeteros socialistas le han acompañado en estos tiempos trágicos de quien hace años era el representante de la socialdemocracia española. Ahora ya no se sabe bien lo que desea representar.
Sánchez busca erigirse en la cúspide de una serie de partidos que quieren la España plurinacional pero, desde luego, a los suyos, a los de su formación política, no les convence. Mas todavía: los expulsa.
El PSOE, a nivel municipal y autonómico, camina hacia la irrelevancia, mientras engorda a lo más radical de la política. Solo conserva ya tres Autonomías, una de ellas, la castellana-manchega de Emiliano Garcia-Page, enfrentada abiertamente a la senda de La Moncloa.
Es lo que hay. Pero, cuando esto ocurre, los palmeros dirigentes del sanchismo corren a aplaudir al jefe a las salas del cuartel general convertido en recinto para mítines de Pedro Sánchez.
A.M.BEAUMONT