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Pedro Sánchez, el presidente corrupto acorralado por la corrupción

El caso Koldo puede acelerar el proceso, pero con Koldo o sin él, el presidente acabará devorado por su propia corrupción, acabará arrojado al cubo de la basura de la historia

Pedro Sánchez

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Una persona sin escrúpulos tampoco los va a tener para acusar a los demás de sus propios defectos. Pedro Sánchez, el presidente más corrupto de la democracia, acusa a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de formar parte de una trama de corrupción junto a su hermano. Así, sin pruebas y sin fundamento, de manera gratuita, calumniosa, injuriosa y difamadora, se atreve a manchar a otros con sus propias gravísimas faltas.

¿Dónde están los detenidos en la trama de Ayuso? ¿Dónde están los autos del juez, los escritos del fiscal y los informes de la fiscalía? ¿Dónde están los investigados? Nada de eso existe porque no hay un caso Ayuso. Sí hay en cambio un caso Koldo, con detenidos, investigados, autos judiciales, acusaciones de la fiscalía e informes de la Guardia Civil. Existe un caso de corrupción que afecta al corazón del Gobierno y a diferentes comunidades gobernadas por socialistas. Tiene la corrupción en casa, pero señala a los demás.

En cualquier caso, Pedro Sánchez es el presidente más corrupto que hemos conocido hasta la fecha. Y no precisamente por el caso Koldo, que ya se verá en qué queda y hasta dónde llega. Su corrupción es anterior, es principalmente política y está en su manera de mantenerse el poder: comprando su investidura con una ley de amnistía que borra los delitos de unos políticos que le han hecho presidente con sus votos. Una ley que él mismo y sus ministros veían inconstitucional, porque lo es. No hay mayor corrupción posible que poner la ley y las instituciones a su servicio y en pro de su interés personal.

La raíz de esta legislatura está podrida, está corrupta. Y cuando un árbol tiene la raíz putrefacta solo puede dar frutos envenenados. El sanchismo está podrido y es cuestión de tiempo que acabe cayendo al suelo. El caso Koldo puede acelerar el proceso, pero con Koldo o sin él, Sánchez acabará devorado por su propia corrupción, acabará arrojado al cubo de la basura de la historia.