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Es lunes y todavía no ha dimitido Armengol: no tiene un pase

Nunca tuvo que haber llegado a presidir el Congreso de los Diputados. Su carrera política debió acabar cuando fue descubierta de copas con el toque de queda en la pandemia

Francina Armengol

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La ex presidenta de Baleares, Francina Armengol, nunca tuvo que haber llegado a presidir el Congreso de los Diputados. Su carrera política debió acabar cuando fue descubierta de copas una noche de aquellas de toque de queda de la pandemia. Cuando todos estábamos encerrados en casa, ella, que tenía que dar ejemplo, se fue de fiesta.

No solo no pasó nada, sino que tiempo después, tras perder las elecciones autonómicas y ser desalojada del poder, Pedro Sánchez la premió con la presidencia del Congreso. Ha cumplido con creces la misión: defender como una ministra más los intereses de su partido y, de manera especial, de su jefe. Ha sido arbitraria, tramposa y descaradamente partidaria.

Ahora debería dimitir de ese cargo después de verse atrapada en la trama de corrupción conocida como el caso Koldo. No tiene un pase su actuación. El relato de la sucesión de los hechos es escandaloso. Pagó 3,7 millones de euros a una empresa que no tenía ninguna experiencia en traer mascarillas y de la que algunos se llevaron comisiones ilegales.

El material llegó defectuoso, no cumplía los estándares de calidad. El Gobierno de Armengol fue consciente de la estafa solo dos días después de la entrega, pero pagó con celeridad la totalidad del pedido e incluso llegó a emitir un informe de satisfacción con el material recibido.

Las mascarillas fueron apiladas en un almacén, donde siguen aún, y la hoy presidenta del Congreso no reclamó el dinero hasta mucho tiempo después, coincidiendo con su salida del Gobierno balear tras perder las elecciones. Y además, como hemos desvelado en ESdiario, cuando pidió el reembolso lo hizo, de manera incomprensible, por un importe mucho menor, un millón menos del precio pagado.

Su actuación es tan sospechosa, en el mejor de los casos negligente, que tendría que asumir su responsabilidad política sin demora, por mucho que a Sánchez no le convenga su dimisión. Ya veremos si el juez, según avance la investigación, decide también que puede haber alguna responsabilidad penal, pero de momento Armengol tiene que asumir las consecuencias políticas de sus actos. No es de recibo que siga en su puesto.