La indecencia del Gobierno toca máximos con Ayuso
El ataque indecente del sanchismo a la presidenta de la Comunidad de Madrid nos acerca un poco más a una república bananera de saldar rencillas y crear bulos
El ataque indecente del Gobierno a la presidenta de la Comunidad de Madrid nos acerca un poco más a una república bananera. No es propio de una democracia desarrollada que varios ministros y la televisión pública señalen a personas particulares para saldar rencillas o crear bulos.
En este caso le ha tocado a la pareja de Isabel Díaz Ayuso, un empresario que tiene un pleito con Hacienda fruto de su actividad privada con negocios que nada tienen que ver con la Comunidad de Madrid. Ahí acaba la historia y la implicación de la presidenta. Ninguna.
No es normal que toda la artillería política y mediática del Gobierno se utilice para intentar salvar al presidente del Gobierno contra las cuerdas por un caso de corrupción interna como la trama Koldo y un caso de corrupción política como la ley de amnistía. No es normal que se abran periódicos e informativos al dictado de Moncloa con esa pseudo información, como si de un caso de corrupción de la presidenta Ayuso se tratara. Es un insulto a la inteligencia, al periodismo y al sentido común.
Además, este ataque a Ayuso a través de su novio rompe un pacto no escrito según el cual, hasta ahora, se dejaban fuera del foco mediático a los familiares de los políticos excepto que la información a publicar tenga que ver con su actividad pública, con negocios relacionados con la administración pública o con enchufes o privilegios recibidos por sus lazos sentimentales.
Ahora se sienta un precedente. Se abre la veda para que cualquiera pueda informar sobre asuntos privados de las familias de Sánchez, de cualquiera de sus ministros o de cualquier dirigente o cargo público del PSOE. Es peligroso y es injusto, pero si sucede habrá un responsable de ello, el mismo que ha filtrado y amplificado la noticia: Pedro Sánchez.