Kate es una santa
El drama de la responsabilidad pública puede a veces llevar a personas a situaciones límites. Fíjense con lo que acaba de sufrir Kate Middleton.
La princesa de Gales ha debido afrontar un dilema, además, mientras soportaba en silencio un terrible cáncer. Algunos momentos de estos últimos días habrán sido de vivir al límite.
Los medios de comunicación, prevenidos por su reiterada ausencia de sus funciones institucionales, especulaban con todo y pedían la transparencia que es lógica exigir a un representante de tan alto nivel.
Por otro lado, Kate, como madre, no podía frenar el espectáculo mundial creado a su alrededor sin desvelar su terrible mal. Claro, bien sabía que la información de su enfermedad iba a afectar y hacer sufrir terriblemente a sus hijos, muy pequeños todavía.
Un auténtico callejón sin salida. Una cruz la que ha debido llevar a cuestas la Princesa de Inglaterra. ¿Cómo puede compensarse ahora ese padecimiento? Deseándole lo mejor y haciendo algún acto de constricción por haber echado alguna astilla más a las hogueras en las plazas que subían de intensidad. A.M.BEAUMONT